El Gobierno, la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de la capital invertirán 250.000 millones de pesetas en las obras de prolongación del paseo de la Castellana, proyecto conocido como Operación Chamartín y que arrancará definitivamente dentro de seis meses, aunque no concluirá hasta dentro de 15 años.
Los responsables de Urbanismo de las tres administraciones (Benigno Blanco, Ignacio del Río y Luis Eduardo Cortés) desglosaron ayer los datos y cifras de este plan, que sólo conserva del original -presentado en 1993- el deseo de alargar 3,5 km el paseo de la Castellana hasta alcanzar la M-40 (aprovechando la radical remodelación que sufrirán las instalaciones de Renfe) y la construcción de una nueva estación, adecuada a la llegada del AVE y convertida en un intercambiador de transportes.
Fomento, Ayuntamiento y Comunidad asumirán el coste de varias infraestructuras, como los nuevos enlaces de la Castellana con la M-30 (nudo norte, situado entre los hospitales Ramón y Cajal y la Paz, con dos niveles para la circulación) y M-40 (nudo supernorte, que cerrará la nueva Castellana y estará situado en la M-40, a la altura de Manoteras), por un valor global de 49.600 millones. Además, desde ambos enlaces se conectará con la N-VI y la N-I.
Casi la mitad de estos 49.600 millones se destinarán a la prolongación del Metro, probablemente ampliando la actual línea 10.
Las obras costarán 100.000 millones más de lo presupuestado en un principio
Hasta ahora, estaba previsto un desembolso de 150.000 millones en infraestructuras, dinero que tenía que desembolsar la empresa Desarrollo Urbanístico Chamartín (Duch). Esos fondos debían salir íntegramente de los beneficios (plusvalías) que generará la venta o alquiler de las viviendas y oficinas que se construirán en la zona, para las que se reservará el 15 por ciento de los tres millones de metros cuadrados disponibles.
Duch lleva reclamando desde 1997 que las administraciones aporten dinero para la realización de estas obras, ya que considera que la edificabilidad que fija el Plan de Ordenación Urbana (0,6 metros cuadrados construidos sobre cada metro cuadrado de suelo) es insuficiente para poder financiar toda la operación sólo con plusvalías.
La compañía, creada por Argentaria después de que esta entidad financiera ganara el concurso convocado por Renfe para llevar a cabo la operación, ha conseguido que se acepte su propuesta, por lo que habrá dinero público y subirá la edificabilidad de la zona.
Sin embargo, las reformas introducidas al plan original han aumentado el presupuesto en 100.000 millones de pesetas, por lo que la suma total asciende a 250.000 millones, de los que 50.000 serán aportados por las administraciones.
Además, se han fijado unas cargas financieras de 35.000 millones, que se imputarán exclusivamente a Renfe para la construcción de la nueva estación. Esta compañía asumirá, junto a los demás propietarios del suelo, el coste de otras infraestructuras, que supondrán 164.700 millones.
Todos los fondos saldrán de las plusvalías que se obtengan con la venta de viviendas y oficinas, por lo que se ha modificado el Plan General para que las construcciones alcancen 1,05 metros cuadrados sobre cada metro de suelo.