El próximo viernes, 16 de marzo, se reúnen en Viena los ministros del Petróleo de los países miembros de la Opep. Según han hecho saber Arabia Saudí y Venezuela, dos de los socios más poderosos, la organización aprobará un nuevo recorte de la producción.
Es la segunda vez este año que el cártel, dueño del 70 por ciento del petróleo del planeta, aprueba un recorte de este tipo. El primero, de 1,5 millones de barriles, se produjo a mediados de enero. Ahora, se baraja una cifra de 800.000 barriles diarios, aunque esta cantidad debe ser decidida en Viena.
Con esta medida, los países de la Opep quieren frenar la caída continua que experimenta el precio medio de su petróleo. Ayer, la llamada "cesta Opep", compuesta por siete tipos de crudo, bajó hasta los 24,38 dólares, bastante por debajo de los 25 dólares que los petroleros consideran idóneos.
Para frenar este descenso, el cártel simplemente reducirá la oferta. Ante una situación como ésta, el mercado debería reaccionar al alza y, por ende, subirán los precios de los carburantes.
En las bolsas de Londres y Nueva York, donde se negocian los crudos de referencia para Europa y Estados Unidos, el barril se ha estabilizado sobre los 26 y los 28 dólares, respectivamente. Son precios altos para lo que quisieran las industrias occidentales, pero están muy por debajo de los topes que marcaron en noviembre y diciembre pasados.
La Opep estima que el precio de su petróleo debe fluctuar entre los 22 y los 28 dólares por barril, con un punto medio ideal de 25. Esto es la teoría, porque luego, en la práctica, siempre tensan la cuerda hacia arriba y tratan que el índice busque el techo, en lugar de buscar el suelo.
Para muchos especialistas, los recortes de la Opep no benefician a esta organización a largo plazo. Ganará más dinero en los próximos meses, pero los países occidentales acabarán por hartarse de los precios altos. Entonces, invertirán en cuencas petrolíferas que hoy son poco rentables o, como ya hacen, en nuevas energías alternativas. Esto supondrá un declive en el negocio del cártel más poderoso del mundo.
Desde la Agencia Internacional de la Energía han criticado el afán de la Opep por mantener los precios en la parte alta de la banda de fluctuación. Sin embargo, a los productores les da igual. Están convencidos de que la demanda mundial bajará en dos millones de barriles diarios a partir de abril y no quieren que los precios se hundan con ella. Mañana miércoles, la AIE publicará una nueva previsión del consumo mundial de crudo y, casi con seguridad, será revisada a la baja, recortando los 77 millones de barriles diarios que pronosticaban en su último informe.
Un invierno inesperadamente cálido, así como las desaceleraciones en las economías estadounidense y asiática han sido las principales causas de este descenso de la demanda, origen de la bajada de precios y causante del recorte que prepara la Opep.
Desde fuera llegan apoyos para el grupo de exportadores. México, el principal productor ajeno al cártel, ha dejado ver que, llegado el momento, secundará los recortes. Su confianza sirve para avalar la postura de la organización ante los ojos de Occidente, tradicionalmente opuesto a las reducciones.