Tras la reunión de la Opep, celebrada el pasado viernes 15 de marzo en Viena, los países productores de crudo han decidido no modificar sus cuotas hasta junio próximo. De esta forma, los barriles de crudo producidos por los once países que forman la organización se mantienen en 21,7 millones diarios, con el fin de mantener el precio del barril entre los 22 y los 28 dólares (28,2 y 36,4 euros).
No obstante, la producción de los países no-Opep podría aumentar durante este año casi en un millón de barriles al día. Desde la organización se espera que México, Noruega, Omán, Angola y Rusia (principales países productores que no son miembros de la Opep) no incrementen por sorpresa su producción y con ello desestabilicen el mercado.
Según el secretario general de la Opep, Alí Rodríguez, no es probable que haya un aumento de la producción antes de verano, ya que "la demanda actual es muy moderada y no se prevé que vaya a aumentar rápidamente en los próximos meses". En lo que va de año, los precios del petróleo se han incrementado un 22 por ciento, después de que se descalabraran a causa de los ataques contra intereses norteamericanos del pasado 11 de septiembre. Sin embargo, el ministro del Petróleo saudí, Alí al-Nuaimi, no opina de la misma forma. Para el titular saudí, habrá aumento "si es necesario".
La subida en la producción estará condicionada por el posible ataque de Estados Unidos contra Irak. Si finalmente la anunciada ofensiva se lleva a cabo, la Opep se volvería a reunir con el fin de "analizar" la situación y con la garantía de que se compensará cualquier carestía de crudo en el mercado.
Las resoluciones definitivas de la reunión de la pasada semana se harán públicas en la primera quincena de abril, una vez que los países miembros de la organización firmen el documento. La próxima reunión ordinaria de esta organización se celebrará en Viena el próximo 18 de septiembre, aunque en junio serán revisadas las cuotas.
Venezuela, problemas con su petrolera más importante
Mientras, la empresa Petróleos de Venezuela ha amenazado al presidente de este país con llevar a la huelga a la compañía. Los trabajadores protestan porque algunos de los miembros de su consejo de dirección han sido nombrados por afinidad política con Hugo Chávez, presidente de Venezuela. Si Chávez no renuncia a estos nombramientos, los trabajadores han anunciado que los pequeños paros que ahora están ralentizando el ritmo de la empresa podrían convertirse en una huelga. El paro supondría desabastecimiento en las gasolineras del país y, lo que es más grave, una posible desestabilización de la economía venezolana.
Chávez ha amenazado con militarizar el consejo de dirección de la empresa, ya que, según sus propias palabras, "tengo potestad constitucional para designar la junta directiva y eso no lo puede cuestionar absolutamente nadie. Si la paran, militarizo la empresa, tengo el plan listo, no me cuesta nada firmar un decreto y ordenar la intervención".