La ola terrorista del pasado 11 de septiembre parece que también ha dañado en parte los cimientos de la Organización de Países Exportadores de Petróleo. La Opep ya no puede imprimir la particular "ley seca" que ha marcado anteriormente (
Su barril lleva ya 25 jornadas consecutivas por debajo de los 22 dólares, cuando anteriormente a la mitad de días ya habría activado su plan de emergencias y cerrado sus pozos. Ahora, la situación ha cambiado y, de momento, no ha decretado un nuevo recorte. Al menos, abiertamente.
Según Middle East Economic Survey, una de la más prestigiosa revista del sector, en lo que va de mes, ya ha recortado su producción en 600.000 barriles diarios. Por si fuera poco, ha iniciado una ronda de contactos con países productores no miembros para intentar convencerlos de que disminuyan sus extracciones.
Lejos de lo que pretendía la Opep, estos países, encabezados por Rusia, México y Noruega, no parecen dispuestos a cerrar la espita. En la actualidad, Rusia produce 7,13 millones de barriles diarios, casi el mismo petróleo que Arabia Saudí, mientras que México y Noruega lanzan al mercado los mismos barriles que Irán (unos 3,65 millones).
El mismísimo presidente de Rusia, Vladimir Putin, se entrevistó con su homólogo de Venezuela, Hugo Chaves. Del encuentro de estos dos presidentes, el primero fuera de la Opep y el segundo perteneciente al cártel, es bastante significativo: no habrá un recorte de su producción, es la Organización la que debe establecer el orden dentro de sus filas, ya que sus miembros también incumplen los márgenes fijados.
La Opep se reúne el próximo 14 de noviembre; sobre esta cita todo son incógnitas, ya que el propio cártel ha reconocido que, si corta unilateralmente la producción, ellos serán los primeros perjudicados. Eso sí, tampoco se pueden quedar con los brazos cruzados, porque, desde los ataques terroristas en Washington y Nueva York, los precios del crudo han descendido cerca de un 26 por ciento.