La M-30, fuente continua de protestas

La obra más importante de la legislatura de Alberto Ruiz-Gallardón continua su avance imparable a pesar de las críticas vertidas desde diferentes ámbitos.

Los vecinos del Nuevo Legazpi, en el Sur de la capital, no están de acuerdo con la colocación de una gigantesca chimenea cerca de sus casas. Son conscientes de que la obra está en marcha y de que muy poco van a poder hacer. Reconocen que en Ayuntamiento les reciben y les oyen, pero no escuchan sus peticiones.

Hablamos de los vecinos que se integran en la Plataforma Afectados M-30 By-Pass Sur, que protestan en contra de una dañina infraestructura. Según sus cálculos, esta chimenea expulsará a la atmósfera 173 metros cúbicos de anhídrido carbónico por segundo y elevará la contaminación acústica de la zona unos cuantos decibelios.

De hecho, el túnel de la M-30 en el que se construirá la salida de humos será utilizado por unos 300.000 vehículos al día, cifra que puede ayudar a hacernos una idea acerca de las molestias que tendrán que soportar los habitantes de la zona. Los dos principales partidos políticos en la oposición del Ayuntamiento de la capital, PSOE e IU, ya han defendido la idea de que la M-30 les va a salir muy cara a los madrileños. Mientras, el alcalde se afana en reproducir los radares en la vía de circunvalación y los parquímetros en el interior, lo que proporcionará nuevos ingresos a las arcas consistoriales.

IU ha denunciado que las decenas de actuaciones que salpican el suelo madrileño nos van a costar cerca de 5.000 millones de euros y que durarán, en algunos casos, hasta 2007. Desde el Consistorio se defiende que se realizan en pro de la fluidez de la circulación, pero muchos conductores ya han podido sufrir estas obras y sus opiniones son muy diversas. El Ayuntamiento de la capital ha aprovechado las vacaciones de Semana Santa para pavimentar ciertas vías de la ciudad. Pero no se trata sólo de asfaltarlas; el objetivo de las obras ha sido el de reducir el impacto sonoro del tráfico y el de aumentar el agarre de los pasos de peatones.

Las zonas en las que se ha llevado a cabo esta renovación del asfaltado son, entre otras, el paseo de Rosales, la calle Ferraz, Sevilla, Alcalá, Cibeles, plaza de la Independencia y avenida de los Poblados. Hace unas semanas te informábamos acerca de los planes del Ayuntamiento de Alberto Ruiz-Gallardón. Según éstos, al terminar la legislatura prácticamente no quedaría una calle en la capital sin parquímetros. Pues bien, dentro de dicho proyecto, el Consistorio acaba de comunicar que construirá plazas de aparcamiento para residentes en los distritos de Retiro y Moncloa. De esta forma, se podrán liberar espacios en el nivel de la calle para los no residentes que, por cualquier motivo, no puedan renunciar al vehículo privado.

La capacidad prevista de los nuevos aparcamientos será de unas 3.000 plazas y tendrán un coste de 21 millones de euros. El alcalde de la capital española está preparando un concurso para adjudicar la gestión de la M-30 durante los próximos 35 años. El proyecto movilizará cerca de 4.000 millones de euros.