Hace unos meses -en un salón de componentes de carretera- pudimos ver los nuevos vehículos de la Guardia Civil: GPS, navegadores, antenas, coches blindados... Nada más lejos de la realidad. Según ha denunciado AUGC, la Asociación Unificada de Guardias Civiles, muchos agentes se juegan la vida cuando salen a patrullar. Nos ponen ejemplos: fallos mecánicos, vehículos sin amortiguadores, coches con más de 250.000 kilómetros, puertas que no se abren, ventanillas que no funcionan... Las motos están aún en peor estado. En enero entró en vigor un nuevo plan para prevenir riesgos laborales, pero –como comentan desde AUGC- los mandos lo aplican y los mandos lo examinan: no hay ningún organismo externo que lo regule. En definitiva, “ellos se lo guisan y ellos se lo comen". Aún más grave es la falta de personal. Por ejemplo, en las carreteras saturadas de Madrid, un solo coche tiene que patrullar más de 150 kilómetros. En el destacamento de Barajas, que vigila la A-2, la R-2, la M-50 Norte y las vías comarcales de Alcalá de Henares y Torrejón de Ardoz, sólo hay una unidad de atestados. En ella, ha llegado a ir un motorista sin tener el curso hecho para que sus compañeros pudieran librar. Por si fuera poco, los agentes que salen a la carretera están discriminados económicamente. El pasado mes de jullio el director general de Tráfico, Pere Navarro, otorgó una partida extraordinaria de cuatro millones de euros para el pago de productividad de los agentes. Desde la DGT se pedía al General Jefe de la Agrupación de Tráfico, Rogelio Martínez Masegosa, “máxima atención para primar los empleos de brigada, sargento, cabo y guardia y la priorización de la prestación de servicios relacionados con la seguridad vial y la atención a los ciudadanos en nuestras carreteras". Sin embargo, AUGC afirma que el dinero ha sido repartido de manera discriminatoria y, en muchas ocasiones, han cobrado más productividad los agentes que prestan servicio de oficinas que los que trabajan a pie de calle. La diferencia de nóminas supera en algunos casos los 1.000 euros.
La Guardia Civil se la juega en carretera
Coches a los que no se les puede abrir las puertas, cientos de kilómetros de carretera por delante para sólo una patrulla, vehículos con más de 200 mil kilómetros sobre sus espaldas, motoristas vigilando vías completamente nevadas... La Guardia Civil de Tráfico denuncia su situación.
