La Guardia ''Cíber-Civil''

Quién le iba a decir en 1850 al Duque de Ahumada que aquel cuerpo de seguridad que él creaba se convertiría en lo que hoy es la Guardia Civil. La Benemérita acaba de estrenar un verdadero arsenal tecnológico. Te contamos cómo es.

Pero, con todo este equipo técnico, siempre quedaría la dificultad de detectar, calibrar y registrar con precisión milimétrica los temidos y peligrosos excesos de velocidad. Hasta ahora, los radares estáticos y móviles presentaban fallos y una gran complejidad para trabajar a distancia y con obstáculos. Para suplir estas carencias, la Guardia Civil incorpora 40 cinemómetros que utilizan el láser para sus mediciones. Estos equipos se denominan Lidar, Light Detection And Rangign. Con ellos, los agentes podrán detectar más excesos de velocidad, pues son más rápidos, miden a más distancia y con mayor fiabilidad que los antiguos radares.

Pueden funcionar solos o pilotados y, lo más espectacular, pueden vigilar a la vez hasta tres carriles y funcionan por igual desde lo alto de un puente o desde la cuneta. Trabajan incluso de noche. Los cinemómetros son de dos tipos: Lasercam Poltech y Autovelox Sodi. Este último se destinará sobre todo a autopistas y autovías. En ambos casos van conectados a un ordenador portátil y utilizan para registrar al vehículo infractor dos cámaras de tecnología láser que obtienen fotografías digitales de altísima resolución. Cada coche es fotografiado dos veces, una de ellas en primer plano. A una distancia de 70 metros, y de noche, se puede leer la matrícula del infractor con total nitidez. Su potencia y velocidad son tales que congelan la imagen del vehículo aunque viaje a 320 km/h.

Para poner en marcha esta Guardia Civil del futuro, se han invertido 12,5 millones de euros, la mayor parte de los cuales se ha destinado a comprar y equipar los 301 coches de las patrullas unipersonales. Los 40 cinemómetros han costado 2,5 millones de euros y, poco a poco, crecerán en número para sustituir a los 200 radares que hay en funcionamiento.

Los agentes de Tráfico estarán un poco más solos en la carretera, pero su labor va a ser mucho más fácil y ágil. Los infractores lo tienen cada vez más difícil, los persigue un “Terminator" de las multas.