La crisis de Fiat provoca la dimisión de Paolo Cantarella

La crisis de Fiat guillotina a su segunda víctima. Tras la sustitución del anterior director de Fiat Auto, Roberto Testore, ha llegado el turno del consejero delegado, Paolo Cantarella. Su renuncia deja mayor espacio a las reformas previstas en la compañía y, al mismo tiempo, acrecienta los rumores de compra por parte de General Motors.

Tras 25 años de dedicación a Fiat, ayer fue el día más triste de Paolo Cantarella, consejero delegado del consorcio transalpino. Cantarella, en un escueto comunicado de prensa, hacía pública su decisión de abandonar su actual puesto de consejero delegado de Fiat Auto. "He decidido renunciar para que el presidente y los accionistas decidan actuar de la forma que ellos crean que es mejor para la compañía. En estos momentos difíciles para el grupo, y para Fiat Auto en particular, tiene que haber un fuerte cambio", rezaba el comunicado.

Los analistas del sector prevén que el abandono de Cantarella facilitará las medidas reestructuradoras que se están llevando a cabo en la división automovilística de Fiat. Al parecer, Cantarella ejercía un control excesivo sobre Fiat Auto, lo que dificultaba las reformas emprendidas por el actual director general de la división, Giancarlo Boschetti.

El presidente del grupo, Paolo Fresco, que asumirá las funciones de Cantarella de forma provisional, ha lamentado la dimisión de Cantarella, aunque ha lanzado un mensaje de optimismo a la opinión pública: "Estoy seguro de que todo el equipo, en el que tengo confianza, trabajará para permitir al grupo alcanzar los objetivos económicos e industriales que nos prefijamos".

La renuncia de Cantarella, tras siete años como consejero delegado de Fiat Auto, llega en uno de los peores momentos de la compañía italiana. La división automovilística de Fiat se haya inmersa en su peor crisis económica y sus últimos resultados, los del primer trimestre de 2002, muestran unos números rojos de 429 millones de euros (71.380 millones de pesetas) y un descenso en su facturación de más del 11 por ciento. Todo ello en un clima que prevé una inmediata toma de control de Fiat Auto por parte de General Motors, que en la actualidad posee el 20 por ciento de la compañía.