La capital de Europa también prohibirá el diésel en 2030 y la gasolina en 2035

Bruselas prohibirá la circulación a los automóviles diésel en 2030 y los gasolina en 2035. La capital de Europa restringirá, así, el movimiento a los vehículos de combustión.

Feria de la movilidad en Bruselas
Feria de la movilidad en Bruselas

Al igual que ya han anunciado algunas otras ciudades, Madrid mismo tiene un plan para sacar los vehículos de combustión en los próximos años y Barcelona impondrá importantes restricciones a partir del año que viene, Bruselas será la próxima ciudad en la que los automóviles diésel y gasolina lo tendrán complicado para circular. Tan complicado que los primeros dejarán de hacerlo en 2030 y los segundos en 2035.

Así, la capital europea ha puesto en marcha un plan para que en 2030 se emitan un 40 por ciento menos de emisiones de las que se registraron en 2005. Un proyecto que el Ejecutivo federal belga enviará a las autoridades comunitarias antes de que finalice el año, una obligación que tienen todos los países de la Unión Europea, tal y como recoge Europa Press.

Dentro del plan también está registrada la intención de que las necesidades de movilidad individuales también se reduzcan y, así, limitar el número de trayectos. Si todo marcha conforme al plan establecido, el parque móvil de Bruselas tendrá que ser eléctrico en 15 años.

Prohibir circular y prohibir su venta

Pese a que en un principio esta medida de restricción a la circulación podría chocar con las propias declaraciones de la Unión Europea en las que se avisaba que una futura prohibición de coches diésel y gasolina iría en contra de las leyes comunitarias y, por tanto, sería ilegal, lo cierto es que no es del todo así.

Los organismos europeos han insistido en que prohibir la venta de los automóviles de combustión en un futuro podría ser ilegal siempre y cuando éstos cumplan con las leyes comunitarias de ese momento. Es decir, si un coche cumple con las exigencias de emisiones, se podrá seguir vendiendo.

Pese a ello, los mismos organismos sí han dado luz verde a los planes locales con los que se quiere sacar de la circulación a los automóviles de combustión y, de hecho, ha llegado a castigar a aquellos países cuyas ciudades no cuentan con proyectos anticontaminación en los que las emisiones se reduzcan, pasando necesariamente por una limitación al movimiento de este tipo de coches.

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