Honda tiene muy claro cómo es el comprador del CR-V: mayoritariamente (un 85 por ciento), hombres, de unos 44 años, casados y con uno o dos hijos, clase medio-alta y que buscan un coche recreacional, pero que se conduzca como un turismo. Además, si han acudido a sus concesionarios, valoran sobremanera la “tecnología avanzada". Por eso, la marca se ha animado a incluir un equipamiento nada común en este tipo de vehículos. Eso sí, sólo está disponible en los niveles de equipamiento más alto. Se trata de sistemas que, hablando metafóricamente, actuarían como los pilotos automáticos de los aviones. Destaca el control de crucero adaptativo (sólo disponible en el acabado Advance ). El conductor programa una velocidad (sólo funciona entre 30 y 180 km/h) y una distancia, parámetros que guiarán al sistema. Gracias a un radar, se mide la distancia que nos separa del vehículo precendete y es capaz de mantener la velocidad y los metros que hemos fijado. Nosotros no tendremos que acelerar, ni que frenar. Si el coche que nos precede aminora su velocidad, el CR-V también declerará. Incluso puede llegar a frenar. En realidad, es un sistema que ya hemos podido probar en el Honda Accord. Queda una novedad aún más “impactante". Lo encomillamos, porque, en realidad, su objetivo es evitar los choques. Es el “Collision Mitigation Brake System" (CMBS), un sistema de frenado automático. El vehículo cuenta con un radar bajo la H del logo. Si detecta que nos acercamos demasiado a un objeto con el que podemos llegar a chocar, emite advertencias visuales (aparece la orden “BRAKE" –frenar- en la pantalla) y acústicas. Si no reaccionamos y nos seguimos acercando, además, se aplica una suave frenada y el pretensor electrónico activa un motor eléctrico que retrae ligeramente el cinturón de seguridad dos o tres veces. Si la colisión es inevitable, el pretensor electrónico retrae los cinturones de seguridad y se aplicará una gran frenada. El sistema CMBS funciona cuando el CR-V circula a una velocidad superior a 15km/h y cuando la diferencia de velocidades entre el CR-V y el vehículo que marcha delante es de al menos 15km/h. Se puede desactivar pulsando un mando de control ubicado en el lado izquierdo del panel de instrumentos.
![]() Suena el primer pitido y nos preguntamos “¿qué ocurre?". Pronto descubrimos la señal “BRAKE" en la pantalla. Sin embargo, el aviso más contundente es cuando notamos la presión del cinto. No te preocupes, se hace suavemente. Ya con estas señales, un conductor dormido despertaría, pero ¡el experimento consiste en no reaccionar!. El choque es inminente: notamos que el coche ha comenzado a frenar; primero suavemente y, luego, de manera más contundente. El cinturón nos aprieta aún más. |
· han revisado su suspensión: McPherson en el eje delantero y doble brazo oscilante en el trasero.
· aumenta su anchura de vías.
· lleva neumáticos más grandes. Todos los CR-V está equipados con ABS de cuatro canales, además de distribución electrónica de la fuerza de frenado. Poseen un buen equipo de frenos: discos ventilados de 293 mm en la parte delantera y discos de 302 mm en la parte trasera. El control de estabilidad y de tracción también son de serie, pero, como novedad, se incorpora una función especial para cuando el vehículo lleva un remolque. Honda tiene muy claro cómo es el comprador del CR-V: mayoritariamente (un 85 por ciento), hombres, de unos 44 años, casados y con uno o dos hijos, clase medio-alta y que buscan un coche recreacional, pero que se conduzca como un turismo. Además, si han acudido a sus concesionarios, valoran sobremanera la “tecnología avanzada". Por eso, la marca se ha animado a incluir un equipamiento nada común en este tipo de vehículos. Eso sí, sólo está disponible en los niveles de equipamiento más alto. Se trata de sistemas que, hablando metafóricamente, actuarían como los pilotos automáticos de los aviones. Destaca el control de crucero adaptativo (sólo disponible en el acabado Advance ). El conductor programa una velocidad (sólo funciona entre 30 y 180 km/h) y una distancia, parámetros que guiarán al sistema. Gracias a un radar, se mide la distancia que nos separa del vehículo precendete y es capaz de mantener la velocidad y los metros que hemos fijado. Nosotros no tendremos que acelerar, ni que frenar. Si el coche que nos precede aminora su velocidad, el CR-V también declerará. Incluso puede llegar a frenar. En realidad, es un sistema que ya hemos podido probar en el Honda Accord. Queda una novedad aún más “impactante". Lo encomillamos, porque, en realidad, su objetivo es evitar los choques. Es el “Collision Mitigation Brake System" (CMBS), un sistema de frenado automático. El vehículo cuenta con un radar bajo la H del logo. Si detecta que nos acercamos demasiado a un objeto con el que podemos llegar a chocar, emite advertencias visuales (aparece la orden “BRAKE" –frenar- en la pantalla) y acústicas. Si no reaccionamos y nos seguimos acercando, además, se aplica una suave frenada y el pretensor electrónico activa un motor eléctrico que retrae ligeramente el cinturón de seguridad dos o tres veces. Si la colisión es inevitable, el pretensor electrónico retrae los cinturones de seguridad y se aplicará una gran frenada. El sistema CMBS funciona cuando el CR-V circula a una velocidad superior a 15km/h y cuando la diferencia de velocidades entre el CR-V y el vehículo que marcha delante es de al menos 15km/h. Se puede desactivar pulsando un mando de control ubicado en el lado izquierdo del panel de instrumentos.
![]() Suena el primer pitido y nos preguntamos “¿qué ocurre?". Pronto descubrimos la señal “BRAKE" en la pantalla. Sin embargo, el aviso más contundente es cuando notamos la presión del cinto. No te preocupes, se hace suavemente. Ya con estas señales, un conductor dormido despertaría, pero ¡el experimento consiste en no reaccionar!. El choque es inminente: notamos que el coche ha comenzado a frenar; primero suavemente y, luego, de manera más contundente. El cinturón nos aprieta aún más. |
· han revisado su suspensión: McPherson en el eje delantero y doble brazo oscilante en el trasero.
· aumenta su anchura de vías.
· lleva neumáticos más grandes. Todos los CR-V está equipados con ABS de cuatro canales, además de distribución electrónica de la fuerza de frenado. Poseen un buen equipo de frenos: discos ventilados de 293 mm en la parte delantera y discos de 302 mm en la parte trasera. El control de estabilidad y de tracción también son de serie, pero, como novedad, se incorpora una función especial para cuando el vehículo lleva un remolque. Honda tiene muy claro cómo es el comprador del CR-V: mayoritariamente (un 85 por ciento), hombres, de unos 44 años, casados y con uno o dos hijos, clase medio-alta y que buscan un coche recreacional, pero que se conduzca como un turismo. Además, si han acudido a sus concesionarios, valoran sobremanera la “tecnología avanzada". Por eso, la marca se ha animado a incluir un equipamiento nada común en este tipo de vehículos. Eso sí, sólo está disponible en los niveles de equipamiento más alto. Se trata de sistemas que, hablando metafóricamente, actuarían como los pilotos automáticos de los aviones. Destaca el control de crucero adaptativo (sólo disponible en el acabado Advance ). El conductor programa una velocidad (sólo funciona entre 30 y 180 km/h) y una distancia, parámetros que guiarán al sistema. Gracias a un radar, se mide la distancia que nos separa del vehículo precendete y es capaz de mantener la velocidad y los metros que hemos fijado. Nosotros no tendremos que acelerar, ni que frenar. Si el coche que nos precede aminora su velocidad, el CR-V también declerará. Incluso puede llegar a frenar. En realidad, es un sistema que ya hemos podido probar en el Honda Accord. Queda una novedad aún más “impactante". Lo encomillamos, porque, en realidad, su objetivo es evitar los choques. Es el “Collision Mitigation Brake System" (CMBS), un sistema de frenado automático. El vehículo cuenta con un radar bajo la H del logo. Si detecta que nos acercamos demasiado a un objeto con el que podemos llegar a chocar, emite advertencias visuales (aparece la orden “BRAKE" –frenar- en la pantalla) y acústicas. Si no reaccionamos y nos seguimos acercando, además, se aplica una suave frenada y el pretensor electrónico activa un motor eléctrico que retrae ligeramente el cinturón de seguridad dos o tres veces. Si la colisión es inevitable, el pretensor electrónico retrae los cinturones de seguridad y se aplicará una gran frenada. El sistema CMBS funciona cuando el CR-V circula a una velocidad superior a 15km/h y cuando la diferencia de velocidades entre el CR-V y el vehículo que marcha delante es de al menos 15km/h. Se puede desactivar pulsando un mando de control ubicado en el lado izquierdo del panel de instrumentos.
![]() Suena el primer pitido y nos preguntamos “¿qué ocurre?". Pronto descubrimos la señal “BRAKE" en la pantalla. Sin embargo, el aviso más contundente es cuando notamos la presión del cinto. No te preocupes, se hace suavemente. Ya con estas señales, un conductor dormido despertaría, pero ¡el experimento consiste en no reaccionar!. El choque es inminente: notamos que el coche ha comenzado a frenar; primero suavemente y, luego, de manera más contundente. El cinturón nos aprieta aún más. |
· han revisado su suspensión: McPherson en el eje delantero y doble brazo oscilante en el trasero.
· aumenta su anchura de vías.
· lleva neumáticos más grandes. Todos los CR-V está equipados con ABS de cuatro canales, además de distribución electrónica de la fuerza de frenado. Poseen un buen equipo de frenos: discos ventilados de 293 mm en la parte delantera y discos de 302 mm en la parte trasera. El control de estabilidad y de tracción también son de serie, pero, como novedad, se incorpora una función especial para cuando el vehículo lleva un remolque. Honda tiene muy claro cómo es el comprador del CR-V: mayoritariamente (un 85 por ciento), hombres, de unos 44 años, casados y con uno o dos hijos, clase medio-alta y que buscan un coche recreacional, pero que se conduzca como un turismo. Además, si han acudido a sus concesionarios, valoran sobremanera la “tecnología avanzada". Por eso, la marca se ha animado a incluir un equipamiento nada común en este tipo de vehículos. Eso sí, sólo está disponible en los niveles de equipamiento más alto. Se trata de sistemas que, hablando metafóricamente, actuarían como los pilotos automáticos de los aviones. Destaca el control de crucero adaptativo (sólo disponible en el acabado Advance ). El conductor programa una velocidad (sólo funciona entre 30 y 180 km/h) y una distancia, parámetros que guiarán al sistema. Gracias a un radar, se mide la distancia que nos separa del vehículo precendete y es capaz de mantener la velocidad y los metros que hemos fijado. Nosotros no tendremos que acelerar, ni que frenar. Si el coche que nos precede aminora su velocidad, el CR-V también declerará. Incluso puede llegar a frenar. En realidad, es un sistema que ya hemos podido probar en el Honda Accord. Queda una novedad aún más “impactante". Lo encomillamos, porque, en realidad, su objetivo es evitar los choques. Es el “Collision Mitigation Brake System" (CMBS), un sistema de frenado automático. El vehículo cuenta con un radar bajo la H del logo. Si detecta que nos acercamos demasiado a un objeto con el que podemos llegar a chocar, emite advertencias visuales (aparece la orden “BRAKE" –frenar- en la pantalla) y acústicas. Si no reaccionamos y nos seguimos acercando, además, se aplica una suave frenada y el pretensor electrónico activa un motor eléctrico que retrae ligeramente el cinturón de seguridad dos o tres veces. Si la colisión es inevitable, el pretensor electrónico retrae los cinturones de seguridad y se aplicará una gran frenada. El sistema CMBS funciona cuando el CR-V circula a una velocidad superior a 15km/h y cuando la diferencia de velocidades entre el CR-V y el vehículo que marcha delante es de al menos 15km/h. Se puede desactivar pulsando un mando de control ubicado en el lado izquierdo del panel de instrumentos.
![]() Suena el primer pitido y nos preguntamos “¿qué ocurre?". Pronto descubrimos la señal “BRAKE" en la pantalla. Sin embargo, el aviso más contundente es cuando notamos la presión del cinto. No te preocupes, se hace suavemente. Ya con estas señales, un conductor dormido despertaría, pero ¡el experimento consiste en no reaccionar!. El choque es inminente: notamos que el coche ha comenzado a frenar; primero suavemente y, luego, de manera más contundente. El cinturón nos aprieta aún más. |
· han revisado su suspensión: McPherson en el eje delantero y doble brazo oscilante en el trasero.
· aumenta su anchura de vías.
· lleva neumáticos más grandes. Todos los CR-V está equipados con ABS de cuatro canales, además de distribución electrónica de la fuerza de frenado. Poseen un buen equipo de frenos: discos ventilados de 293 mm en la parte delantera y discos de 302 mm en la parte trasera. El control de estabilidad y de tracción también son de serie, pero, como novedad, se incorpora una función especial para cuando el vehículo lleva un remolque.