Definitivamente, 2005 está siendo un año “negro" para General Motors. El primer fabricante automovilístico del planeta ha registrado durante el primer trimestre de año unas pérdidas netas de más de 1.100 millones de dólares. Sus ventas y su cuota de mercado caen en picado, sobre todo en Estados Unidos, su principal mercado. Hasta aquí, nada nuevo: avatares del mercado. Sin embargo, la noticia con la que hoy se levanta el consorcio norteamericano es todavía más preocupante con vistas al futuro: la fiabilidad de sus modelos está en duda. Y vaya si lo está. Más de dos millones de sus coches (2.091.819) tendrán, de momento, que pasar por taller. El anuncio de la que se convertirá en la segunda llamada a revisión más importante de su historia lo ha realizado ayer mismo la propia dirección de la compañía. Al parecer, hasta seis de sus marcas podrían estar afectadas por seis problemas diferentes, que atañen, sobre todo, a todo terrenos y pick-up, dos de sus principales fuentes de ingresos.El principal problema detectado, que afecta a 1,4 millones de unidades, es un defecto en el cinturón de seguridad de la plaza central de la segunda fila de asientos. El propio grupo asegura que, aunque no se conoce que haya causado ningún incidente, “puede hacer difícil el colocar de forma apropiada el segmento inferior del cinturón, que debería estar en una posición más baja y ceñida a las caderas para minimizar el riesgo de lesiones abdominales y de órganos internos durante una colisión".Las modelos afectados por este problema son Chrevrolet Silverado Crew Cab, Suburban, Tahoe y Avalanche; Cadillac Escalade; GMC Sierra Crew Cab, Yukon XL y Yukon, y Hummer H2 del período 2003-2005. Estos vehículos fueron vendidos principalmente en Estados Unidos (1,35 millones), pero también en Canadá (75.000), México (9.400) y la Unión Europea (1.356). Pero hay más problemas. General Motors llamará también a revisión a más de 330.000 modelos Chevrolet Suburban (series 1.500) y Yukon XL, fabricados entre 2000 y 2001, por el “posible recalentamiento de los cables de la bomba de gasolina, que podría provocar el calado del motor y pérdidas de combustible". Otros 142.585 modelos Chevrolet Silverado y GMC Sierra, producidos entre 1999 y 2002, pasarán también por el taller debido a un problema en el freno de mano que puede afectar a su capacidad para mantener el vehículo parado cuando está aparcado. De la marca, Buick, por su parte, se revisarán más de 69.000 coches Lacrosse y Allure de 2005, por defectos en el pedal de freno, que ya ha causado accidentes en Canadá, aunque sin consecuencias graves.Por último, en esta gran llamada a revisión también están incluidos más de 39.000 modelos Buick Rendezvous y Pontiac Aztek de 2004, por sufrir calados intermitentes, y más de 22.000 unidades del Saturn L Wagon de los años 2002-2004, al no cumplir los asientos de traseros con las normas de seguridad de Estados Unidos y Canadá.Ante tantos problemas, General Motors sigue decidida a levantar el rumbo de algunas de sus marcas. Un buen ejemplo es Cadillac, que ha decidido apostar abiertamente por el mercado europeo ante su pérdida de cuota de mercado en Norteamérica. Así, la dirección de la compañía ya ha anunciado que espera alcanzar unas ventas de 20.000 unidades en 2010. Para ello, desarrollará más su red de distribuidores y lanzará nuevos modelos.
General Motors revisa más de dos millones de coches
Las dificultades arrecian en General Motors. A su cada vez más debilitada situación financiera se une ahora otro grave problema, el de la fiabilidad de sus modelos. El fabricante de automóviles ha anunciado la llamada a revisión de más de dos millones de coches por seis defectos técnicos diferentes.
