General Motors planea la construcción de una nueva planta en Brasil

El éxito exportador del compacto Celta, fabricado en la planta de Gravitai al sur de Brasil, ha llevado a General Motors a considerar la posibilidad de construir otra en el mismo lugar, encargada del suministro a la primera de componentes para este modelo.

El consorcio estadounidense General Motors mantiene su pretensión de abrir una nueva factoría en Brasil, que se encargaría de construir piezas para su modelo compacto Celta, destinado a la exportación. En estos momentos, estudia la viabilidad del proyecto.

La construcción de la fábrica podría comenzar a finales de 2001 en la localidad de Gravatai, al sur del país, lugar donde se produce el citado modelo desde el mes de julio del pasado año. Así lo ha señalado el vicepresidente de la división brasileña, José Carlos Pinheiro Neto.

Los costes ascenderían a 30 millones de dólares (algo menos de 5.500 millones de pesetas), 18 veces menos de lo que se gastó en la otra planta de Gravatai, la cual tiene una capacidad productiva de 120.000 unidades anuales. Según Pinheiro Neto, se tardaría dos años en terminar las obras de instalación y, aunque "queda mucho todavía por decidir, si todo va bien, podríamos empezar a construir este mismo año".

El rápido crecimiento de las exportaciones del modelo Celta ha llevado a sus responsables a plantearse el nuevo proyecto. En este ejercicio, la subsidiaria de General Motors confía en vender 250.000 unidades de este modelo en otros mercados latinoamericanos y en China, que le reportarán unos mil millones de dólares (180.000 millones de pesetas).

Rebaja de las previsiones
Paralelamente, los responsables de la filial brasileña de General Motors han revisado a la baja las previsiones de venta de automóviles en el país esta campaña. En un principio, habían asegurado que se alcanzarían 1'7 millones de vehículos totales comercializados. Sin embargo, el aumento de los tipos de interés, el racionamiento de energía y la debilidad de la moneda nacional, el cruceiro, les han obligado a rebajar sus predicciones entre 50.000 y 100.000 de unidades.

Aun así, estos resultados superarían con mucho (más de 300.000 automóviles) los conseguidos en 2000 por los constructores en el país sudamericano.