General Motors ofrece la baja a más de 30.000 empleados

El movimiento que ha puesto en marcha General Motors en Estados Unidos pasará a los libros de Historia Económica. Un total de 30.000 empleados de GM y Delphi serán “invitados" a dejar su empleo a través de un monumental programa de bajas incentivadas. Los sindicatos estadounidenses han entendido que no queda otro remedio: es la única forma de salvar la compañía.

Los 113.000 asalariados que tiene General Motors en Estados Unidos, además de otros 24.000 de su proveedor Delphi, han sido invitados por la compañía a acogerse a un colosal plan de bajas incentivadas que, en principio, deberá cerrarse con la salida de la empresa de un mínimo de 30.000 personas, aunque podrían ser hasta 50.000.

En el programa está incluida Delphi, antigua filial de GM y todavía unida a ésta por convenios de jubilaciones para unos 12.000 empleados. Se espera que la salida de 13.000 personas de la plantilla de Delphi alivie la situación de esta empresa, que se declaró en banca rota hace unos meses y ahora lucha desesperadamente para sobrevivir.

El sistema de bajas se ha pactado con el sindicato UAW, el más poderosos de Estados Unidos. A esta central sindical están afiliados casi todos los trabajadores de GM y Delphi, con lo que no es espera una reacción contraria al acuerdo. El plan, ofrecido sólo para Estados Unidos, busca aligerar de forma radical la estructura de una compañía que hace aguas por todas partes. Las bajas empezarán el próximo 1 de junio, después de que Delphi y UAW cierren los flecos de la negociación de los nuevos salarios para la plantilla.La propuesta hecha a las plantillas ya está en vigor. General Motors ofrece 35.000 dólares como indemnización, pensiones de jubilación y seguro médico a una parte de los trabajadores que se acojan a las bajas. Este primer tramo de las bajas se dedicará, sobre todo, a la gente de Delphi. El acuerdo también incluye un compromiso de GM para absorber unos 5.000 empleados de Delphi a partir de 2007.Un segundo tramo de bajas se dedica a los que lleven menos de 10 años en la empresa. Se llevarán 70.000 dólares y sólo podrán cobrar las pensiones correspondientes a los años que han estado trabajando.
Por último, los que lleven más de 10 años en alguna de las dos compañías recibirán 140.000 dólares, amén de sus pensiones. A cambio, deberán renunciar a otras compensaciones, como seguros médicos, que GM paga a sus ex - empleados. El coste final de la operación oscilará entre los 2.000 y los 4.600 millones de dólares sólo en indemnizaciones, pero puede llegar hasta los 12.000 millones de dólares si se le suman todos los costes de sanear Delphi.
Es una cantidad gigantesca pero necesaria para reestructurar del todo la compañía. Como se sabe, GM está en medio de un proceso para cerrar 12 de sus 44 plantas en Estados Unidos, lo que supondrá el despido de otras 30.000 personas. Además, hace unos días reconocía errores contables que elevaban sus pérdidas de 2005 hasta los 10.600 millones de dólares. La noticia del acuerdo con los trabajadores y Delphi ha supuesto que las acciones de GM suban en la bolsa. Sin embargo, la capitalización bursátil del consorcio sigue siendo muy baja, puesto que muchos operadores temen que acabe suspendiendo pagos.

El programa de bajas ha sido recibido con cierto optimismo por los observadores estadounidenses. Consideran que habrá una primera parte muy dolorosa, pero, a medio plazo, se verán los beneficios del plan. Creen que a la marca no le quedaba otro remedio si quiere conservar el liderato mundial y, sobre todo, creen que será el final de la rémora en que se ha convertido Delphi.

Ahora queda por ver cómo gestiona General Motors este gigante que ha creado. No es fácil deshacerse de decenas de miles de empleados, porque, entre ellos, se pueden ir muchos de los buenos y necesarios. Además, la imagen pública de la compañía puede verse bastante perjudicada. A lo largo de las próximas semanas se conocerán más detalles y se irán ajustando las fases del plan. Por otra parte, en esta carrera por soltar lastre, General Motors acaba de vender una parte de su división financiera. En concreto, le ha colocado la inmobiliaria a un consorcio de fondos de inversión por un precio de 9.000 millones de dóalres.