En concreto, los nuevos ingenieros se harán cargo del desarrollo de componentes, una tarea que, en la última década se había confiado a los propios proveedores de primer equipo. Sin embargo, Ford asegura que su tarea se quedará en el diseño: por ahora, no volverán a fabricar piezas y componentes.
El objetivo de Ford es acabar con ciertos problemas de calidad que sufre su cadena de montaje y que se achacan a los productos desarrollados por los propios suministradores. En la firma del óvalo creen que, con un poco de inversión en ingeniería, ahorrarán mucho en mantenimiento postventa.
Con los 500 nuevos técnicos se crearán 9 equipos de trabajo que se encargarán de los principales suministros.
Los proveedores de Ford han encajado con mala cara la noticia. Ellos prefieren encargarse del diseño de los componentes que luego producen, puesto que obtienen mejores beneficios.
A finales de los años 80 y primeros 90, tanto Ford como GM y Chrysler empezaron a pedir a sus proveedores que asumieran los costes de desarrollar las piezas que se montan en los coches. Aquella decisión supuso importantes ahorros para los fabricantes, por eso es sorprendente el cambio de estrategia de Ford.
Una de las razones que se baraja para explicar el nuevo rumbo es que los suministradores, exprimidos por renovaciones de modelos cada vez más rápidas y por ajustes constantes en los precios, han perdido capacidad de respuesta y la calidad de sus productos baja. No ganan tanto y, además, no pueden invertir todo lo que les gustaría en sus líneas de montaje. El resultado se ve en los problemas que presentan muchos componentes una vez puestos a funcionar en los coches.
En Ford explican también que esta idea servirá para recuperar control en el proceso de creación de sus vehículos, especialmente “control de puntos críticos". Además, llevará a una reconversión de su cadena de proveedores.
Lo que más sorprende del nuevo proyecto de Ford es que haya decidido contratar a 500 personas cuando, al mismo tiempo, sigue con los despidos de varios miles de trabajadores en todo el mundo, especialmente de empleados de cuello blanco, los pertenecientes a los departamentos de ingeniería y administración.
Por otra parte, Ford acaba de anunciar una inversión de 500 millones de dólares en Tailandia. Allí, junto con Mazda, la firma americana pondrá en marcha un plan para expandir su presencia y reforzar su posición en Asia.
Según Bill Ford, presidente del grupo, Tailandia tendrá un papel capital en los planes de la empresa en la región asiática. La inversión, que se desarrollará durante los próximos seis años, incrementará la capacidad productiva de Ford en Tailandia. La idea es llegar a las 200.000 unidades anuales. La fábrica que Ford y Mazda tienen en tierras tailandesas se encarga de montar pick-ups y todo terrenos.
En la planta de Ford en Almussafes, Valencia, miran con optimismo al futuro. El representante de UGT en la fábrica, Gonzalo Pino, cree que los despidos que planea Ford a escala global no afectarán a la factoría española porque “está muy ajustada".
En Valencia hay 7.000 trabajadores que se encargan de producir cuatro modelos, con lo que no hay posibilidad de despedir personal, ya que no sobra.