Según explica Audi en su programa Attitudes, la edad es un factor fundamental en este tipo de problemas. Los conductores jóvenes tienen un estilo de conducción más arriesgado que los mayores, conducen más rápido, no respetan las distancias de seguridad y probablemente ignoren muchos semáforos. La cantidad de kilómetros realizados y la experiencia al volante también marcan una diferencia clara. Por sexos, lo cierto es que las diferencias se acortan entre hombres y mujeres. Los primeros suelen estar más implicados en accidentes por su estilo de conducción, pero cada vez hay más mujeres potencialmente peligrosas al volante. Audi analiza con su plan Attitudes las conductas violentas y agresivas de algunos conductores “Es que van como locos" Todos hemos visto alguna vez a conductores convertidos en energúmenos con volante que recorren las carreteras a velocidades suicidas, “empujando" a otros, exigiendo paso, dando ráfagas de luces largas, gritando, gesticulando… Es lo que se conoce como conducción agresiva. Audi, a través de su programa Attitudes, analiza estas conductas peligrosas y busca soluciones a escala mundial. “La agresividad en la conducción amenaza con ser uno de los principales factores de seguridad pública en relación con la población motorizada y las fuerzas de orden público del siglo XXI". Este sombrío augurio proviene de la NHTSA, la conocida Agencia Federal de Seguridad Vial estadounidense, una de las más importantes autoridades mundiales en materia de tráfico y control viario. Su proyección de futuro coincide plenamente con varias más recogidas por Audi en los trabajos de su programa educativo Attitudes, que acaba de celebrar una “jornada de reflexión" sobre los riesgos y las causas de la agresividad al volante. Este tipo de comportamiento es cada vez más abundante. De hecho, la propia NHTSA ha calculado que dos tercios de las 250.000 muertes producidas en las carreteras estadounidenses entre 1990 y 1996 estuvieron relacionadas al menos parcialmente con una conducta agresiva por parte de los conductores. En Europa, un estudio de las organizaciones “Secura Forum" y “Responsible Young Drivers" indica que el fenómeno del automovilista “peligroso" ha aumentado notablemente en los últimos años. Y no sólo eso, sino que cada vez hay más conductores proclives a este tipo de conducta. El trabajo concluye que el conductor medio europeo es progresivamente más fácil de encasillar entre los “violentos". En España el Instituto Universitario de Tráfico y Seguridad Vial de Valencia, el INTRAS, ha elaborado un completo estudio en el que demuestra que la peligrosidad al volante se percibe como un problema social muy grave por parte de la población. Quién no recuerda aquella magnífica película de Spielberg, “El diablo sobre ruedas", en la que un camionero enloquecido arremete con su camión contra el aterrorizado conductor de un coche. Esto, que es un caso extremo de lo que en Estados Unidos se denomina "road rage" (un delito criminal perpetrado con un vehículo), es lo que deben de sentir muchos inocentes conductores que ven acercarse por el espejo retrovisor a un semi-demente con un volante entre las manos. Sin llegar a estos extremos de locura, nuestras carreteras están demasiado pobladas de personas que se ajustan al perfil de “agresivo". La psicología entiende por conductor agresivo o peligroso aquel individuo que manifiesta tendencias antisociales y violentas, desajustado e incontrolado y que, en consecuencia, es incapaz de reaccionar adecuadamente frente al estrés emocional intenso. Estas personas buscan formas alternativas, pero inadecuadas, de responder a sus sentimientos hostiles subyacentes, recurriendo al alcohol o al automóvil, con la expectativa de reducir su ansiedad.
''Es que van como locos''
Todos hemos visto alguna vez a conductores convertidos en energúmenos con volante que recorren las carreteras a velocidades suicidas, “empujando" a otros, exigiendo paso, dando ráfagas de luces largas, gritando, gesticulando… Es lo que se conoce como conducción agresiva.