Los ingenieros de Greenpeace se propusieron mostrar a la industria automovilística cómo reducir el consumo de combustible de los vehículos actuales sin tener que realizar grandes cambios. El fruto de este proyecto fue el Twingo SmILE, "Small, Intelligent, Light, Efficient". Ingenieros suizos consiguieron reducir el consumo de un Renault Twingo de serie a 3,26 litros por cada cien kilómetros y lo mostraron a la opinión pública en 1996. El corazón del SmILE es un pequeño y eficiente motor que consigue reducir el consumo en un 30 por ciento. El otro 15 a 20 por ciento de la optimización del vehículo se consigue, sobre todo, con la reducción del peso del vehículo. Greenpeace parte de que los coches actualmente funcionan con motores que son tres veces mayores de lo necesario. Por tanto, el 90 por ciento del tiempo que el coche está en uso sólo se utiliza un tercio de la cilindrada del motor. La cilindrada del motor del SmILE es aproximadamente un tercio en tamaño del motor original. Para tener la misma potencia de salida, unos 55 CV, el motor es sobrealimentado con la mezcla de aire y combustible. Con esta tecnología de sobrealimentación, el motor de 358cc se comporta como un motor de un litro altamente eficiente. Según Greenpeace, esta tecnología puede aplicarse a todos los motores, independientemente de su potencia.
En mayo de 2000, el SmILE y un Twingo de fábrica recorrieron los 624 kilómetros que separan a Madrid de Barcelona intentando gastar el mínimo combustible posible. Al final del recorrido, el Twingo había consumido 28,99 litros, mientras que el consumo total del SmILE fue de 15,33 litros. La media ponderada del Twingo era de 4,64 litros cada cien kilómetros por los 2,46 litros que gastó de media el SmILE. Un concepto totalmente diferente es el que ha puesto Volkswagen en el mercado con su Lupo 3L TDI. Este vehículo consume una media de 3 litros cada cien kilómetros y es, por el momento, el coche de serie que menos consume del mercado. El Lupo 3L TDI dispone de un propulsor de 61 CV de tres cilindros con una inyección directa de gasolina, el bajo consumo se ve mejorado por la disminución del peso en unos 150 kilos y un buen ordenador de a bordo. Con un consumo medio de 2,99 litros cada cien kilómetros y una velocidad punta de 165 Km/h. Volkswagen llegó a bajar la media de consumo hasta 2,4 litros durante la vuelta al mundo en 80 días que dieron con el Lupo. El coche consumió 793 litros de Diesel para recorrer los 33.333 kilómetros de la travesía. Si bien, en este caso, el coche era conducido por expertos que intentaban reducir el consumo de combustible al mínimo. Otro Diesel que destaca por su bajo consumo es el Smart CDI, con sus 41 CV y gracias al sistema Common-Rail consigue gastar sólo 3,4 litros cada 100 kilómetros. El resto de vehículos Diesel ahorradores sobrepasan la barrera de los cuatro litros y son el Audi A2 TDI, con 4,2 litros, el VW Lupo, 4,3 litros, y el Seat Arosa 1.4. En cuanto a los coches de gasolina, el Smart de 45 CV se pone a la cabeza, con 4,8 litros cada cien kilómetros. Le siguen en la clasificación con 5 litros cada 100 kilómetros el Smart de 55 CV , el Daihatsu Cuore de 55 CV, el Toyota Yaris I.eco de 68 CV y el Volkswagen Lupo FSI de 105 CV.