El transporte chileno amenaza con ir a la huelga

Con la fortísima subida del precio del petróleo, los empresarios del transporte público chileno han decidido elevar sus tarifas. La indignación popular ha llevado al Gobierno del país a amenazar a los dueños de los autobuses.

El ejecutivo que preside en funciones Eduardo Frei ha asegurado que multará severamente a las empresas que no anulen la subida de precios. Alega la Administración que este ascenso de precios es ilegal, puesto que estos tienen un máximo impuesto por la ley. Hasta ahora, un billete de autobús en Santiago de Chile costaba unas 66 pesetas; con la subida unilateral decretada por los empresarios, ha pasado a costar 86 pesetas. La ley chilena estipula un precio máximo de 78 pesetas. En respuesta a las advertencias del Gobierno, los transportistas se preparan para una huelga que paralice la capital del país y amenazan con la renuncia a los contratos de licitación que les capacitan para explotar las líneas de viajeros.
Para justificar este incremento de los precios, las empresas de autobuses de Chile echan mano del alza que ha experimentado el coste del petróleo en los últimos meses, situándose en 28 dólares el barril, un precio histórico. Para compensar el fuerte ascenso de las tarifas de los combustibles, los autobuses han subido las suyas. El gobierno de Frei ha recordado a las asociaciones gremiales de transportistas que las líneas de viajeros se licitan en concurso público con unas condiciones de precios pactadas que no se pueden romper de forma unilateral. Los portavoces del Ejecutivo también señalan que, en virtud de los contratos de licitación, la Administración puede imponer multas a aquellas empresas que los violen. Las últimas noticias que llegan de Chile aseguran que los dueños de los autobuses se proponen abandonar los contratos de licitación.
Por su parte, organizaciones sociales y amplios sectores del pueblo chileno se han movilizado para protestar contra lo que consideran un abuso por parte de los empresarios. Estos ya se enfrentaron violentamente al gobierno de Salvador Allende en 1973 por problemas parecidos.