El sistema Galileo ya está en marcha

La Cumbre de Barcelona deja un legado tecnológico sin precedentes para la UE: el proyecto Galileo, un sistema de seguimiento por satélite más avanzado, más independiente y más preciso que el GPS norteamericano. EE.UU. ya ha anunciado que mejorará su propio sistema para plantar cara a su futuro competidor europeo.

Alemania por fin ha dicho sí al sistema Galileo, por lo que este proyecto ya no cuenta con detractores dentro del seno de la Unión Europea. El próximo 26 de marzo, el Consejo de Transportes comunitario establecerá el sistema de financiación y los estatutos de la futura empresa que gestionará sus fondos. Será la primera empresa común europea y en ella tendrá una gran presencia la industria aeronáutica española (un 14 por ciento del total).

A la salida de la reunión donde se acordó su puesta en marcha, los ministros bromeaban comentando lo difícil que será ahora que un coche se pierda en el París-Dakar, pero Galileo es mucho más. Cualquier usuario se podrá conectar mediante un receptor portátil a 30 satélites, que le informarán en tiempo real de su posición exacta expresada en coordenadas. Así, se podrán coordinar flotas de camiones, monitorizar atascos o, por ejemplo, encontrar taxis robados.

En la actualidad, para conseguir estos servicios hay que recurrir al GPS norteamericano, un sistema menos preciso y, lo que es peor, controlado por los militares estadounidenses, que pueden limitar su señal si lo consideran oportuno.

Si quieres saber más, no te pierdas esta página</font color="#0000CC"> elaborada por la Comisión Europea.

GPS contra Galileo: zancadillas en el espacio
Aunque el sistema Galileo se ha proyectado para ser compatible e interoperable con el GPS (Global Positioning System), ha contado con las reticencias de EE.UU. Desde el principio, los políticos estadounidenses advirtieron a los miembros de la UE de los gastos excesivos que dicha red de satélites supondría para sus respectivas arcas, un desembolso que, según ellos, es excesivo si tenemos en cuenta que el GPS es gratuito.

Dentro del seno de la Unión, se abrió un debate interno entre los que querían la independencia tecnológica frente a los que preferían seguir bajo la influencia norteamericana. Prolongar este tira y afloja habría supuesto la muerte técnica del proyecto, ya que, mientras se discutía su aplicación, corría el riesgo de quedarse obsoleto.

Eso sí, ahora que su puesta en marcha es inminente, los norteamericanos han decidido adelantarse a la misma. Más rápidamente que sus homólogos europeos, los políticos estadounidenses han aprobado una inversión de 4.000 millones de dólares (4.545 millones de euros; 756.224 millones de pesetas) para modernizar su sistema GPS antes de 2007, un año antes de que se ponga en marcha el Galileo.

Con este dinero, modernizarán los satélites que tienen anclados en tierra, disminuirán el margen de error y lanzarán nuevos satélites que emitirán dos nuevas señales civiles. Además, suspenderán lo que denominan "disponibilidad selectiva", mediante la cual la señal de los servicios civiles era degradada intencionadamente por motivos de seguridad.

A la espera de que Galileo se ponga en marcha, el GPS estadounidense se fortalece para hacerse más fiable y menos vulnerable a causas atmosféricas o al bloqueo de la señal por los edificios o por las interferencias de los equipos de comunicación.