El Race publica su informe sobre la siniestralidad en las carreteras españolas

El Real Automóvil Club de España acaba de publicar su habitual estudio de las carreteras españolas 2003 donde se analiza el riesgo de siniestros en varios tramos de la red viaria nacional.

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Según los datos del informe, 1.948 de los 21.393,3 kilómetros analizados (un 9 por ciento), tienen un elevado índice de siniestralidad. En su mayor parte, estos tramos pertenecen a carreteras convencionales sin desdoblar, que no tienen necesariamente una alta tasa de ocupación, es decir, de paso de vehículos.

El informe también recoge que un 69 por ciento de los kilómetros analizados tienen una tasa de riesgo calificada de media-baja.

En función de este estudio, el RACE urge a las autoridades competentes a realizar auditorías de seguridad de los tramos de carretera calificados como de alto riesgo y, a continuación, a poner los medios suficientes para invertir la situación. Como ejemplo, los encargados de este informe señalan los 1.600 metros de la carretera N-630, entre los puntos km. 276,2 y 277,8, a su paso por la provincia de Zamora, cuyo índice de riesgo es cinco veces superior a lo estipulado como muy alto.

Le siguen en este negativo ránking, el tramo de la N-640 que va del km. 226,5 al 238,6, en Pontevedra, los 400 primeros metros de la N-223, en Teruel, y la N-547, entre el km. 47,3 y 62,6 en la provincia de La Coruña, así hasta completar los 142 tramos que han obtenido esa calificación de Riesgo Muy Alto.

El RACE ha analizado tres tipos de vías a las que designa con las tres primeras letras del alfabeto. Las de Tipo A (4.591 kilómetros) son autopistas y autovías de tercera generación, aquellas que han sido construidas con los estándares de las primeras. Bajo la denominación Tipo B (2.412 kilómetros) engloba al resto de autovías, vías rápidas y carreteras convencionales desdobladas, mientras que el Tipo C (14.395 kilómetros), corresponde al resto de carreteras. Precisamente, a este último grupo corresponden la mayor parte de los tramos consignados como de elevado riesgo de siniestralidad, aunque el más peligroso de todos, el de la N-630, pertenece al Tipo B.

El porqué hay que buscarlo en los adelantamientos, ya que no disponen de desdoblamientos, en las intersecciones al mismo nivel y al mal estado de conservación de muchas de estas vías. Además, llevan aparejadas un alto índice de muerte por atropello (469 personas fallecieron por esta circunstancia en estas carreteras en 2001). Los resultados finales hablan de un 9 por ciento de tramos analizados con un nivel de siniestralidad Muy Alto, un 20 por ciento, Alto, un 32 por ciento, Intermedio, un 37 por ciento, Bajo, y solamente un 2 por ciento, Muy Bajo.