Europa utiliza una horquilla para la circulación rodada en autopistas y autovías que va de los 90 km/h, como registro mínimo, que se aplica únicamente en Noruega, a los 130 km/h que es el dígito máximo.
De esta disciplina continental se desmarca Alemania, país que tiene en muy numerosos tramos de autovías y autopistas velocidad libre, si bien existe un compromiso entre los fabricantes automovilísticos de ese país de aplicar a sus coches una limitación electrónica de velocidad a 250 km/h, incluso en los modelos más radicalmente deportivos.
Dentro de la relación de la velocidad máxima de los 130 km/h figuran Austria, Croacia, Eslovenia, Francia, Hungría, Italia, Luxemburgo, Polonia, República Checa, Eslovaquia y Rumanía.
Lituania es un caso especial, pues aplica distinto rango en función de si es autopista, para la que establece un registro de 130 km/h o autovía que se limita e 110 km/h.
En los 120 km/h aparecen, aparte de España (que retorna a este registro a partir del 1 de julio, tras un periodo de casi cuatro meses con una limitación a 110 km/h), Andorra, Bélgica, Bulgaria, Finlandia, Grecia, Holanda, Irlanda, Montenegro, Portugal, Serbia, Suiza y Turquía.
En un escalón inferior de 110 km/h se encuentran Dinamarca, Estonia, Rusia y Suecia y se puede sumar el Reino Unido que, al aplicar los registros de velocidad en millas, sale el equivalente de 112 km/h.
Otra república Báltica, como Estonia, no dispone en su red de carreteras de autopistas y autovías y en sus viales de calzada única de doble sentido rige una velocidad máxima de 90 km/h
Por zonas, respecto a la velocidad máxima en autopistas y autovías, predominan los registros más altos en la zona central, mientras que el norte, fundamentalmente los países escandinavos, son los más conservadores, al tiempo que los más concienciados en las políticas ambientales.
En la Europa del sur, los países mediterráneos reparten las preferencias entre los 130 km/h, a los que se apuntan Francia e Italia, y los 120 km/h de Portugal, España y Grecia.
En carreteras de calzada única de doble dirección, los tramos de velocidad máxima legal oscilan entre los 80 y los 100 km/h, siendo el intermedio de los 90 km/h, el de España, el registro dominante.
En este tipo de vías, los países más permisivos son Alemania y Austria que se sitúan en ese tope de los 100 km/h, junto al Reino Unido que permite circular hasta 96 km/h.
Por el contrario, los más remisos, con los 80 km/h son Dinamarca, Finlandia, Holanda, Irlanda, Montenegro, Serbia y Suiza.
Algunos países, sin embargo, en este tipo de viales aplican registros más altos o más bajos en función de situaciones como densidad de tráfico, meteorología o tramos horarios.
En cuanto a las velocidades en las zonas urbanas, la gran mayoría de países se inclina por los 50 km/h, que también rigen en España, aunque Polonia, Eslovaquia, Serbia y Rusia dan un salto hacia los 60 km/h.