El impuesto revolucionario de los conductores

¿Te has sentido intimidado al dejar tu coche en el hueco que te indicaba un aparcacoches ilegal? ¿No te gusta que te acosen en los semáforos? ¿No sabes cómo actuar ante un ‘‘limpiacristales’’? No eres el único.

El impuesto revolucionario de los conductores
El impuesto revolucionario de los conductores
Cada ciudad tiene sus particulares limpias. En Madrid y en Barcelona, abundan los rumanos, concretamente gitanos procedentes de la región de Oltenia. Trabajan en patrullas de dos a seis componentes. Sus lugares favoritos son los semáforos que tardan mucho en abrirse, aquellos cruces donde los conductores pasan mucho rato parados.Los limpias, curiosamente, no se meten con los taxistas; vayan o no “libres", saben que están trabajando y que no son muy amigos de darles propina. En la madrileña calle Almansa, viven habitualmente en las aceras un grupo de hombres de mediana edad. Mezcla de acentos, rostros mal afeitados, aspecto rudo... Parecen un ejército de desheredados que libra su última batalla: aparcar coches. Su jornada laboral la marca el horario comercial y, al igual que las grandes superficies, “no cierran para comer". ¿Por qué han llegado a esta zona? Un supermercado, un Burguer King, aceras superpobladas de coches y el único párking cercano queda tan escondido que los vecinos de la zona incluso no saben de su existencia. Curiosamente, en esa misma calle, a escasos metros, existe una comisaría. Sin embargo, ya han aprendido a vivir con los coches patrulla; cada uno trabaja en lo suyo. Ya ni se esconden cuando pasan los Municipales. Los policías no son los únicos que no se meten en su trabajo. Los “gorrillas" son muy territorialistas. Ésta es su calle y a ella no acceden los aparcacoches africanos que trabajan en las zonas cercanas...
En Barcelona, se calcula que unas 300 personas trabajando de “limpias". Su oficina particular: el Eixample de Barcelona.
Los cruces de la Avenida de la Diagonal, la Gran Vía, la Meridiana... son otras zonas peligrosas.

En Madrid proliferan más los “gorrillas". Están en las calles de José Abascal y en Santa Engracia.
También te los puedes encontrar en los hospitales, en los campos de fútbol y –cómo no- en zonas turísticas como el Zoológico, la Casa de Campo, el Teleférico, el Parque de Atracciones...

Los “aparca" de Almansa están, en realidad, pluriempleados. No sólo van raudos a ocupar los sitios que quedan libres, sino que también ayudan a subir las bolsas a los coches y entregan los carritos al supermercado. Después, discretamente, sólo te pondrá la mano para que le des dinero. Muchos vecinos aseguran que ellos no les han dado nunca dinero y no han sufrido desperfectos en sus coches. “Si empieza a haber protestas, la Policía los echará de la zona y eso a ellos no les interesa", nos aseguran. Otros, sin embargo, admiten haberse ido “preocupados" si han sido más rápidos y han logrado aparcar en un hueco que quedaba libre antes de que los “gorrillas" llegaran. Hay quien teme que los aparcacoches también actúen como “fichadores" para las bandas dedicadas al robo de vehículos de lujo.
¿Crees que debemos ser solidarios y ayudarlos? ¿Consideras, por el contrario, que los limpias y los aparcacoches ilegales acosan a los conductores? ¿Has tenido algún problema con ellos? ¿Qué piensas de la actuación policial? ¿Dónde te los has encontrado?
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