El Gobierno regional renegociará las tarifas de peaje de la M-45

Los precios del peaje de la M-45 (que deben ser abonados por el Gobierno regional) se fijaron en 1998, pero se han quedado obsoletos. La nueva autovía que vertebra el sudeste de la Comunidad de Madrid ha costado más de lo previsto, por lo que las constructoras de la infraestructura reclamarán más dinero por cada vehículo.

El sistema empleado para financiar la M-45 es el denominado "peaje en la sombra", por el que las empresas constructoras adelantan el coste de la carretera y lo perciben después mediante un canon que se cobra a la Administración pública durante un período convenido (en este caso, 25 años).

En principio, el Gobierno regional iba a pagar una media de 0,54 euros por cada vehículo, pero este precio, fijado en 1998, se incrementará debido al aumento del coste final de la infraestructura (cuyo presupuesto era de 420 millones de euros y que al final ha costado 526: 106 millones de euros más de lo previsto).

Esta subida se debe a las modificaciones que ha habido que realizar en el trazado: los vecinos del barrio de Santa Eugenia pidieron un cambio en la zona sur del recorrido, mientras que Aeropuertos Nacionales y Navegación Aérea (Aena) exigieron que se alterara la trayectoria en la parte norte, ya que la cota de la autovía era demasiado alta para el paso de los aviones hacia el cercano aeropuerto de Barajas.

Además, la disposición de la Unión Europea que entró en vigor a principios de este año y que encarece el IVA que deben abonar los usuarios de las autopistas (que pasa del 7 al 16 por ciento) también puede encarecer el precio del canon de la M-45, aunque los técnicos de la Comunidad y los especialistas de las empresas están discutiendo si esa norma puede aplicarse al "peaje en la sombra".

En principio, las constructoras y el Gobierno regional acordaron que no pagarían lo mismo los coches que los camiones o los autocares (éstos costarán más al Ejecutivo de Alberto Ruiz-Gallardón). Además, las tarifas variarán según el número de vehículos que pasen por la autovía: cuanto mayor sea la afluencia de tráfico, los importes serán más reducidos.

Si la carretera llegara a colapsarse, ninguno de los coches que sufrieran el atasco se contabilizaría. Además, las empresas beneficiarias dejarán de percibir parte del importe correspondiente si, por culpa de defectos en la vía, se incrementa el número de accidentes. Los técnicos del Gobierno regional llevarán a cabo cada seis meses inspecciones sobre el terreno. Si la calzada tiene baches o impide la correcta circulación de los automóviles, la compañía encargada de ejecutar el tramo en el que se encuentren los desperfectos será la encargada de repararlos.

La construcción de la M-45 ha sido realizada por Dragados, FCC, Necso y Caja Madrid, quienes han ejecutado el primer tramo (14 km entre la N-II y el eje de O´Donnell). El segundo tramo -14,5 km entre O´Donnell y la carretera de Andalucía- ha sido construido por Cyntra, Ferrovial y ACS, mientras que los 7 km entre la N-IV y la M-40 han sido realizados por Sacyr, Lain, BBVA y el banco SCH.

Aún es pronto para saber cuánto se incrementarán las tarifas definitivas, que podrían establecerse a lo largo de esta semana.

Estreno poco brillante
La M-45 vivió su primera hora punta el pasado viernes, cuando se registraron 2.229 coches entre las ocho y las nueve de la mañana.

Así, mientras la M-30 y M-40 registraban los colapsos habituales a esa hora, los pocos usuarios de la nueva vía pudieron disfrutar de los tres carriles por cada sentido sin problemas, dado el escaso tráfico.

Luis Eduardo Cortés, consejero de Obras Públicas, justificó estos datos argumentando que tendrán que pasar "de ocho a nueve meses" hasta que los madrileños "conozcan todo lo que les ofrece la nueva carretera, ya que ahora no lo saben".

A pesar de los pocos automóviles en circulación por la nueva autovía (inaugurada el pasado jueves por el príncipe Felipe de Borbón, quien destacó "el gran beneficio" que supondrá para los ciudadanos este nuevo trazado), el viernes por la noche se registraron los primeros incidentes, cuando media docena de vecinos de Coslada cortaron la carretera para protestar por la entrada de la M-45 a este municipio. La vía de acceso aún no está abierta al tráfico, ya que el alcalde de la localidad, Juan Granados, ha pedido que se retrase su apertura hasta que se realice la prolongación de la calle del Esparragal, una avenida ancha que terminará su construcción en seis meses.

Hasta entonces, los conductores que quieran entrar en Coslada tendrán que hacerlo a través de la vía Manuel Azaña, mal asfaltada, con un único carril en cada sentido y que transcurre cerca de institutos y centros comerciales. Los vecinos han insistido en que no se abra este acceso, ya que resulta peligroso dado el estado de la calle, pero el regidor ha comentado que no podrá esperar hasta que las obras de la calle Esparragal hayan concluido, por lo que se aumentarán las medidas de seguridad en Manuel Azaña (con pasos de peatones e impidiendo el paso a camiones) para que se realice su apertura a mediados de esta semana.

Una nueva carretera enlazará la N-IV y la N-V
Por otra parte, la Comunidad contará con una nueva infraestructura que unirá la carretera de Extremadura y la de Andalucía en la próxima legislatura. Esta conexión completará a la M-50, que entrará en funcionamiento a finales de 2003, y a la M-45, según indicó Alberto Ruiz-Gallardón.