Uno de los vehículos más ecológicos de la firma General Motors acaba de ser presentado en el Salón de Detroit. Se trata del GM Autonomy, un concept car propulsado por una célula de combustible alimentada por hidrógeno. Es, por tanto, un automóvil “ecológico, futurista y flexible", según palabras de presidente de GM, Rick Wagoner. Por primera vez, señalan en la firma, se ha construido un coche a partir de una pila de combustible, y no al revés, como se hacía hasta ahora. Para Wagoner, el Autonomy podría eliminar al automóvil de la ecuación medioambiental que lo sitúa como uno de los elementos contaminantes más importantes.
La pila de combustible que mueve a este automóvil utiliza el hidrógeno para producir energía eléctrica, dejando como residuo sólo calor y agua. Cuando se empezó a desarrollar este vehículo, se pensó en introducir la célula de combustible en un chasis especial de 25 centímetros, pero ahora se ha reconsiderado el diseño y se ha apostado por un menos grosor (15 centímetros). Este bastidor se denomina “monopatín" y puede servir como base para diferentes configuraciones: coupé, berlina… Bastaría con alquilar carrocerías e ir cambiándolas.
El vehículo no dispone apenas de partes mecánicas, a excepción de las ruedas y las suspensiones. No hay motor al uso, ni radiador, ni sistema de transmisión. Introduce además la tecnología “by wire", es decir, todas las órdenes llegan a las piezas a través de cables, con impulsos eléctricos. No hay actuación mecánica sobre frenos, cambio, etc. En su defecto, pequeños motores eléctricos aplican las decisiones del conductor al órgano afectado. Una delicada red de sensores calcula e interpreta lo que quiere el piloto y encarga a los motores eléctricos frenar, o cambiar de marcha, por ejemplo.
Esta liberación de elementos tradicionales permitirá, por ejemplo, situar los mandos en la zona del coche que el conductor prefiera, pues el control siempre estará localizado en un sofisticado bus informático que irá en el chasis.
En principio, este modelo podría ser una realidad en el año 2004, pero antes habría que adaptar infraestructuras, algo que por el momento los responsables de la firma automovilística no ven nada claro, ya que no depende de ellos sino de los responsables políticos. Por ejemplo, habría que construir redes de surtidores de hidrógeno.
Pero hay más problemas, un vehículo, que se pueda construir en serie y que sea rentable en sus ventas, debe ofrecer alguna ventaja para los consumidores. Según los especialistas, no basta con ofrecer al usuario un vehículo que respete el medio ambiente, ese automóvil, además, debe ofrecer unas buenas prestaciones, algo a lo que el GM Autonomy se aproxima.