Así lo ha solicitado el fiscal en una breve intervención en la vista celebrada hoy ante la Sala de lo Penal del TS, en respuesta a la argumentación del recurso de casación interpuesto por la defensa del etarra, que pide su absolución por falta de pruebas.
Según el abogado defensor, la única prueba de cargo contra su cliente son las declaraciones prestadas por los coimputados, los etarras Lourdes Churruca y Joseba Martín Carmona, ya condenados por estos hechos.
El letrado ha recordado que ambos exculparon a su cliente de este atentado y le designaron como 'simple colaborador' del 'comando Vizcaya', extremo reconocido por el propio 'Txus' y por el que fue condenado a tres años de cárcel en Francia por asociación de malhechores.
A partir de estos testimonios, la sentencia se apoya en quince elementos corroboradores externos que probarían que el acusado se encargó de hacer vigilancias que sirvieron para planificar el asesinato del que fuera jefe de la Ertzaintza y que también se quedó vigilando mientras sus compañeros de 'comando' robaban el coche utilizado en el atentado.
A juicio de la defensa, 'esos elementos no corroboran nada' sobre la participación de su cliente en ese atentado, ya que no se precisa 'si esos controles fueron positivos y eficaces' y tampoco hay datos que prueben que 'Txus' realmente hizo esas vigilancias.
El fiscal ha discrepado de estas alegaciones y ha sostenido que las declaraciones de los coimputados están 'complementadas con datos objetivos', por lo que entiende que no se ha vulnerado la presunción de inocencia.
Por estos hechos, la Audiencia Nacional condenó en mayo a Martín Hernando a 30 años de cárcel por un delito de atentado con la agravante de alevosía y a otros 6 años por un delito de utilización ilegítima de vehículo de motor.
Según los hechos declarados probados, una vez que el 'comando Vizcaya' recibió información sobre Goikoetxea, sus integrantes 'decidieron atentar contra él por su relevancia' y comenzaron a vigilarle durante aproximadamente un mes, hasta que eligieron un lunes para perpetrar el atentado, ya que ese día el sargento mayor pasaba siempre por la calle Tívoli de Bilbao y solía tener que parar en un semáforo.
Días antes de la fecha fijada para el crimen, el 22 de noviembre de 1993, los terroristas robaron un vehículo al que cambiaron las placas de matrícula y que ocultaron en un garaje de Erandio alquilado por Martín Hernando.
La mañana del 22 de noviembre, mientras el acusado se quedaba en el automóvil, sus tres compañeros se acercaron al coche de Goikoetxea, detenido ante un semáforo, y dispararon contra él causándole la muerte.