El año pasado, Nissan Motor Ibérica se vio afectada por un descenso de la producción, debido a la desaparición de algunos modelos clave –el todo terreno Patrol, el monovolumen Serena y la furgoneta Vanette Cargo- y por las menores ventas del Almera Tino. Sin embargo, a finales del año pasado, la actividad de su planta principal (situada en Zona Franca, Barcelona) aumentó gracias al inicio de la fabricación de la furgoneta X83, un vehículo compartido por Renault (Traffic), Opel (Vivaro) y Nissan (Primastar), que comenzó a comercializarse en enero de este año.
El aumento en la actividad no ha servido para enjugar la pérdida de beneficios que se ha producido al dejar de construir estos modelos, por lo que los resultados finales del grupo –en un año que ha sido considerado “de transición"- han descendido considerablemente. Así, los ingresos consolidados cayeron un 20,4 por ciento y llegaron a los 2.212 millones de euros, mientras que el resultado neto se redujo un 49 por ciento, hasta los 50 millones de euros. Además, la inversión para lanzar el nuevo producto ha disparado los costes del grupo, que se han situado en 746,5 millones de euros, más del triple del año anterior.
De igual forma, Nissan Motor Ibérica sufrió un fuerte descenso de rentabilidad y sus ganancias netas bajaron un 67,12 por ciento, hasta los 21,02 millones de euros.
La producción se redujo en todas sus plantas: en Zona Franca se construyeron 64.887 vehículos (Almera Tino, Terrano y X83), un 41,16 por ciento menos que en 2001. Este año, la manufactura puede llegar a las 100.000 unidades gracias a la fabricación de la nueva furgoneta, fruto de la alianza entre Renault y Nissan. En la factoría de motores de Cuatro Vientos (Madrid), se montaron 92.115 propulsores, incluidos los destinados a la planta británica de Sunderland, mientras que salieron 20.111 automóviles de las líneas de montaje de Ávila, más 820 unidades en régimen de CDK (por piezas). Las compañías Fundimotor y Mecánica de Los Corrales de Buelna vieron caer su actividad en torno a un 20 por ciento. En 2002, las inversiones del grupo descendieron un 7,6 por ciento y alcanzaron los 101 millones de euros. La plantilla pasó de 6.038 a 5.853 empleados y la deuda global de la empresa se estabilizó a finales de 2002 en los 648 millones de euros.
Ante esta situación, se ha hecho necesaria una revisión de los planes de futuro del grupo, que podrían sufrir un revés: en principio, cuenta con la asignación de un nuevo todo terreno, que se fabricaría en Zona Franca. Sin embargo, esta adjudicación ha sido puesta en peligro tras la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, que estableció la anulación de la doble escala salarial pactada por el convenio para los nuevos trabajadores, que cobrarían un 17 por ciento menos que el resto.
Este modelo es una pieza muy importante para reactivar la planta catalana, que aumentó su actividad un 65 por ciento gracias a la buena aceptación de la furgoneta X83, afirma el diario “Expansión". Sin embargo, estos datos positivos no han atraído la contratación de más trabajadores jóvenes, por lo que la empresa ha optado por congelar la aplicación de un expediente de regulación de empleo que afectaba a 226 empleados mayores de 55 años. Así, la compañía se ahorrará el coste de esta medida, cifrado en 30,4 millones de euros. Sin embargo, los auditores estiman que esta cantidad subiría hasta los 48,8 millones de euros si decidieran acogerse a la prejubilación todos los incluidos en el ERE.
El año pasado también ha traído cambios en la cúpula directiva de Nissan Motor Ibérica, ya que Rafael Boronat, consejero delegado director general de la compañía, fue sustituido por Teruo Tapeke. El japonés debe llevar a cabo la reducción de costes que la empresa anunció tras ver anulada la doble escala salarial.