Los analistas del mercado petrolero mundial creen que el imparable consumo de gasolina en Estados Unidos es la principal causa del alza continua del precio de crudo. Para uno de estos expertos, Phil Flynn, de la consultora Alaron Trading, lo más importante es saber “en qué momento comenzará a retroceder la demanda y a qué precio disminuirá dicha demanda". La respuesta a esta cuestión es clave, puesto que la tendencia de las últimas semanas ha sido preocupante. A pesar de que el precio se ha incrementado, la demanda de petróleo no se ha detenido en ningún momento y se ha comportado al alza.
Los datos hablan por sí solos: el petróleo Intermedio de Texas –referencia en los mercados norteamericanos- cerró el pasado viernes a 57,27 dólares, el valor más elevado desde 1983. En el Brent –referencia en Europa- se colocó en 56,61 dólares, una nueva marca histórica.
La demanda de combustible en Estados Unidos sigue subiendo y subiendo. De hecho, según los datos del Departamento de Energía de EE.UU, el consumo se colocó en 9,1 millones de barriles diarios, un 2 por ciento más que en el tercer mes del pasado ejercicio. En 2004, el precio del crudo por estas fechas se encontraba mucho más bajo. El galón de combustible (3,7 litros) cuesta ahora 2,2 dólares (valor similar en euros); hace tan sólo un mes, el galón costaba 1,9 dólares.
En un mercado tan globalizado, que Estados Unidos esté demandando cada vez más combustible implica dificultades para el resto de los países. El elevado precio de la materia prima de las refinerías –petróleo- se ve incrementado por los costes de transformación que añaden dichas factorías. Si la demanda es alta, tienen que trabajar más y, por tanto, el precio de la labor se incrementa. Además, la acumulación de reservas es cada vez menor, lo que alarma a las petroleras y les lleva a demandar más crudo. Y es como una “pescadilla que se muerde la cola". Y el petróleo no baja.
Pero no sólo EE.UU. está demandando crudo. Los nuevos mercados de China e India, que están despertando, provocarán nuevos aumentos de la demanda en poco meses. Algunos analistas ya han vaticinado que el barril de crudo llegará incluso a los 105 dólares el próximo año. Al ritmo que va, no dudamos de que lo conseguirá.
Y con el mercado así de revolucionado, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep) está estudiando ampliar la producción mundial en medio millón de barriles al día.
El objetivo de la organización no es otro que frenar la escalada de precios. El jeque Ahmad Al Fahad Al Sabah, actual presidente de la Opep, cree que “es esencial que los países exportadores y los consumidores busquen conjuntamente una solución a la continua subida de los precios". Es un problema que se arrastre desde hace varios años, justo desde el momento en el que se liberó la red de distribución de carburantes en nuestro país. En ese momento, se realizaron dos tipos de contrato de suministro desde las petroleras con las estaciones de servicios.
Pues bien, gigantes del petróleo como Cepsa, Repsol YPF y BP vendían carburantes más baratos a sus estaciones de propias (de su cadena) que a aquellas que no lo eran. Éstas últimas denunciaron y, ahora, el Tribunal Supremo ha anunciado que será el Tribunal de la Unión Europea el que finalmente dirima la cuestión.
El precio de barril de crudo de la Opep acumula una subida de 2,96 dólares desde el miércoles pasado, que se vendió a 48,80 dólares.