Si de aspecto y habitabilidad no sale nada mal parado, el Logan tampoco desentona en cuanto a mecánica, aunque aquí sí muestra algunas pequeñas limitaciones. La berlina monta dos fiables motores gasolina, 1.4 de 75 CV y 1.6 de 90 CV, ya viejos conocidos de Renault, que todavía hoy los ensambla en sus modelos Clio y Kangoo. Son de fácil mantenimiento (ideales para industrias algo precarias), pero de modestas prestaciones: ninguna de las dos versiones supera los 175 km/h de velocidad máxima, con una aceleración de 0 a 100 km/h por encima de los 11,5 segundos.En 2005, una versión Diesel 1.5 dCi de 65 CV, junto a otra gasolina 1.6 con culata de 16 válvulas y 107 CV, completarán la oferta.Aun así, su comportamiento en carretera es más que correcto. El 1.6 responde con solvencia en cualquier situación, con un confort de marcha muy agradable a velocidades moderadamente altas y con fuerza suficiente como para afrontar con garantías importantes desniveles como los que nos hemos encontrado por Turquía. Algo más justo, eso sí, hemos notado el 1.4, sobre todo en adelantamientos y máximos esfuerzos. No obstante, esta mayor escasez de potencia la equilibra el Logan en sus dos versiones con la misma caja de cambios mecánica de 5 velocidades ya utilizada en sus modelos Laguna y Mégane. Sus tres primeras marchas, muy cortas, facilitan las arrancadas y los reprises a baja velocidad, favoreciendo así la ascensión por pendientes pronunciadas, incluso a plena carga.También su comportamiento es más que aceptable en trayectos virados o con firme muy inestable. Las suspensiones, algo blandas, se muestran precisas y con buenos apoyos. El Logan utiliza un tren delantero de tipo Pseudo McPherson, con brazo triangular derivado del Renault Clio, mientras que en el tren trasero emplea un eje en H con un perfil de deformación programada, asociado a unos muelles helicoidales y amortiguadores verticales, mucho más duraderos. En nuestra toma de contacto hemos podido comprobar como esta combinación absorbe bien las irregularidades del terreno, traspasando muy pocas vibraciones al interior de habitáculo. Y no era fácil, porque el trayecto comprendía pistas no asfaltadas con prominentes baches.Por mostrar algún defecto podemos señalar que el balanceo propio de la velocidad, incrementado ahora por una carrocería más alta, se hace evidente en las versiones de gama baja, aunque está muy bien solventado en las de gama alta con la inclusión de una barra estabilizadora delantera en el chasis. También se echa en falta, aunque sea como opción, el control de estabilidad (ESP), un sistema que contribuiría a reforzar la seguridad en circunstancias extremas (muy habituales, por ejemplo, en países como Rumanía, Turquía o Irán) por una cantidad de dinero no excesivamente alta.Con este sobrenombre, Renault dio a conocer a principios de año su modelo Logan, una berlina que, según aseguraban, llegaría al mercado al módico precio de 5.000 euros, impuestos ya incluidos. Esta versión, la más barata de todas, todavía tardará un año aproximadamente en llegar. En Turquía, hemos tenido la ocasión de situarnos a su volante durante unos pocos kilómetros y estamos ya en disposición de asegurar que a Europa Occidental no llegará. Monta el 1.4 gasolina de 75 CV, pero se ofrece sin aire acondicionado, dirección asistida, ABS o airbag de acompañante, estos últimos elementos obligatorios en la UE en los vehículos de nueva fabricación. Su comportamiento en carretera también es reprochable. La falta de dirección asistida dificulta mucho la circulación, sobre todo en curvas, donde el control de volante se complica y obliga a corregir la trayectoria en más de una ocasión. Aún con la falta de ESP, y de un equipamiento completo, Renault ha intentado cuidar, en la medida de lo posible, la seguridad del vehículo. Así, el Logan ofrece en casi todas sus versiones el sistema de frenado ABS, acompañado en las de gama alta con un repartidor electrónico de frenado EBV. El diseño del salpicadero, por su parte, constituye un elemento importante de protección en caso de choque frontal. Su estructura de nido de abeja de polipropileno, un material absorbente, reduce las consecuencias del impacto sobre la rodilla. La colocación de un travesaño por detrás de los asientos traseros también limitan el riesgo de penetración de los objetos del maletero. Este apartado se completa con cinturones de seguridad de 3 puntos y reposacabezas ajustables en sus 5 plazas. Donde queda más corto es en el montaje de airbags, ya que únicamente dispone del de conductor y, en las versiones más altas, del airbag de acompañante. En esta ocasión, el precio se impone.Ya hemos mostrado algunos rasgos del equipamiento del Logan, que ahora completamos. Este apartado es bastante limitado, aunque es cierto que varía en función de los cuatro acabados que llegarán al mercado (Ambiance, Preferance, Lauréate y Ambition). Los más básicos apenas se comercializarán con dirección asistida, elevalunas eléctricos delanteros y radio casette. En cambio, los de gama alta ofrecerán ya un equipamiento relativamente completo para su precio, con ordenador de a bordo, climatizador, espejos de regulación eléctrica, radio CD, llantas de aleación y cuatro elevalunas eléctricos. No está mal.
Dacia Logan
Es amplio, algo austero y con un diseño clásico, pero bastante práctico. Renault ha dado en el clavo a la hora de crear el que considera su “milagro": un sedán accesible para las clases medias de países de los cinco continentes. Se llama Logan y, afortunadamente, llegará también a España a finales de 2005. Eso sí, con sus mejores versiones y a un precio algo más elevado.
