Otra de las peculiaridades del 206 CC es su configuración 2 2, es decir, tiene dos plazas de habitabilidad completa (las delanteras) y otras dos (las posteriores) que únicamente, como pudimos comprobar en la unidad probada, sirven para dejar los abrigos o algo de equipaje. Peugeot afirma que caben dos niños pequeños, aunque queda claro que la habitabilidad trasera ha sido sacrificada en beneficio del lugar que debe ocupar el techo al guardarse. Hemos probado las dos motorizaciones que se pondrán a la venta en España a partir de enero de 2001, la de 1.600 cc y la de 2.000, inédita la primera de ellas en la gama 206 y modificada la segunda. Los caballos que aportan cada una, 110 y 138 CV, le dan la potencia necesaria para que no se eche en falta. La nobleza de reacciones del bastidor, una de sus principales características, no se hace a costa del agarre, porque el 206 CC se pega al suelo incluso en las curvas más cerradas. Los frenos son quizás algo drásticos en el principio del recorrido de la frenada, pero esta característica pasa a un segundo plano cuando uno se acostumbra. Lo que nos ha llamado también la atención fue la excesiva rumorosidad en el habitáculo interior cuando el techo estaba cerrado, que en las unidades probadas tendía a ser mayor en la parte del copiloto. Preguntados los responsables de Peugeot, la respuesta no pudo ser más lacónica: “Estos modelos no son los que definitivamente se pondrán a la venta. Seguiremos trabajando en ello". Otra circunstancia menos anecdótica es la ausencia de una rueda de repuesto, o un lugar específico para guardarla. Peugeot apuesta por la única inclusión de dos bombonas para la reparación de neumáticos de 300 ml. Si no confiamos demasiado en esta solución, no tendremos más remedio que ocupar espacio en el maletero con una rueda comprada por nosotros, con lo que éste se queda en nada si decidimos conducir en modo descapotable. El gran placer del contacto, sin duda, fue conducir el 206 CC en versión cabrio. Todo amante de la carretera estará conmigo en la sensación de libertad que ofrece un descapotable. Lo destacable es que Peugeot no ha comprometido el confort. Gracias a la configuración del parabrisas, citada anteriormente, el viento no afecta para nada a la conducción y permite que los ocupantes puedan mantener una conversación sin alzar mucho la voz hasta a velocidades que rondan los 150 km/h. El climatizador, de serie en el 2.0 y como opción en el 1.6, nos asegura que, si queremos ir descapotados en pleno invierno, (si no llueve, claro) no pasemos nada de frío. El diseño interior del vehículo no destaca por su espectacularidad por el hecho de ser cabrio, porque repite el del 206. Podría ser definido como conciso y sobrio. Tiene lo que tiene que tener, sin alardes efectistas; aunque cabe reseñar la gran capacidad de la guantera. Los asientos delanteros, los únicos que pudimos probar por la falta de espacio en las plazas traseras, son bastante cómodos y sujetan bien al conductor en las curvas en las que tan bien se desenvuelve este automóvil. En la versión 1.6 el aire acondicionado y los airbags laterales se presentan como opción, dispositivos de serie en el 2.0. Tanto el ABS como el repartidor electrónico de frenada son de serie en ambas. Otra de las peculiaridades del 206 CC es su configuración 2 2, es decir, tiene dos plazas de habitabilidad completa (las delanteras) y otras dos (las posteriores) que únicamente, como pudimos comprobar en la unidad probada, sirven para dejar los abrigos o algo de equipaje. Peugeot afirma que caben dos niños pequeños, aunque queda claro que la habitabilidad trasera ha sido sacrificada en beneficio del lugar que debe ocupar el techo al guardarse. Hemos probado las dos motorizaciones que se pondrán a la venta en España a partir de enero de 2001, la de 1.600 cc y la de 2.000, inédita la primera de ellas en la gama 206 y modificada la segunda. Los caballos que aportan cada una, 110 y 138 CV, le dan la potencia necesaria para que no se eche en falta. La nobleza de reacciones del bastidor, una de sus principales características, no se hace a costa del agarre, porque el 206 CC se pega al suelo incluso en las curvas más cerradas. Los frenos son quizás algo drásticos en el principio del recorrido de la frenada, pero esta característica pasa a un segundo plano cuando uno se acostumbra. Lo que nos ha llamado también la atención fue la excesiva rumorosidad en el habitáculo interior cuando el techo estaba cerrado, que en las unidades probadas tendía a ser mayor en la parte del copiloto. Preguntados los responsables de Peugeot, la respuesta no pudo ser más lacónica: “Estos modelos no son los que definitivamente se pondrán a la venta. Seguiremos trabajando en ello". Otra circunstancia menos anecdótica es la ausencia de una rueda de repuesto, o un lugar específico para guardarla. Peugeot apuesta por la única inclusión de dos bombonas para la reparación de neumáticos de 300 ml. Si no confiamos demasiado en esta solución, no tendremos más remedio que ocupar espacio en el maletero con una rueda comprada por nosotros, con lo que éste se queda en nada si decidimos conducir en modo descapotable. El gran placer del contacto, sin duda, fue conducir el 206 CC en versión cabrio. Todo amante de la carretera estará conmigo en la sensación de libertad que ofrece un descapotable. Lo destacable es que Peugeot no ha comprometido el confort. Gracias a la configuración del parabrisas, citada anteriormente, el viento no afecta para nada a la conducción y permite que los ocupantes puedan mantener una conversación sin alzar mucho la voz hasta a velocidades que rondan los 150 km/h. El climatizador, de serie en el 2.0 y como opción en el 1.6, nos asegura que, si queremos ir descapotados en pleno invierno, (si no llueve, claro) no pasemos nada de frío. El diseño interior del vehículo no destaca por su espectacularidad por el hecho de ser cabrio, porque repite el del 206. Podría ser definido como conciso y sobrio. Tiene lo que tiene que tener, sin alardes efectistas; aunque cabe reseñar la gran capacidad de la guantera. Los asientos delanteros, los únicos que pudimos probar por la falta de espacio en las plazas traseras, son bastante cómodos y sujetan bien al conductor en las curvas en las que tan bien se desenvuelve este automóvil. En la versión 1.6 el aire acondicionado y los airbags laterales se presentan como opción, dispositivos de serie en el 2.0. Tanto el ABS como el repartidor electrónico de frenada son de serie en ambas.
Contacto: Peugeot 206 CC 1.6 y 2.0 16V
Casi todo el mundo alabó el Peugeot 20 Corazón, el concept car presentado en el Salón de Ginebra en 1998, pero muy pocos creyeron que ese proyecto se realizaría. La marca del león ha querido cerrar la boca de muchos y ha lanzado la evolución del 20 Corazón, el 206 CC (coupé cabriolet). Peugeot ha desarrollado un nuevo concepto de vehículo en el que se combina las prestaciones de un deportivo con la belleza de un descapotable. Tal y como suena, dos por uno.
