Los casi 400 participantes (cada uno con su pareja y muchos con niños) celebraron en Madrid una auténtica fiesta “verde", una especie de manifiesto móvil por una automoción más solidaria, ajena al egoísmo de la velocidad y las altas prestaciones.
Ésta era la idea de Toyota. Es cierto que la Eco Fun sirve para promocionar un coche que va hacia arriba en el mercado, pero también es verdad que había mucho de toma de posición, de proclama. En la casa nipona quieren ser los más verdes y hay que reconocer que ya lo son. Esta particular “carrera" no es más que uno de los muchos actos de componente ecológico que Toyota realiza a lo largo y ancho de todo el planeta.
Y así lo entendieron los participantes, que llegaron de toda España con sus Prius en perfecto estado de revista. Uno de ellos, poseedor de un Prius de primera generación, incluso se compró uno de segunda para participar con más posibilidades… Y se llevó un premio.
El caso es que alrededor de un millar de personas tomaron parte en dos divertidas jornadas de hermanamiento y concienciación ecológica. Cuando planteábamos este reportaje, pensábamos en el tipo de cliente que habría elegido este coche. Creíamos que sería, por lo general, una persona de mediana edad, incluso una persona mayor, que no necesite mucho maletero y que tenga en cuenta el ahorro y también la carga ecológica del coche.Sin embargo, el parque cerrado de la Eco Fun concentró a personas de todo tipo: jóvenes, mayores, ancianos… Predominaba, sí, el matrimonio de mediana edad cuyos hijos ya han empezado a independizarse, pero había parejas jóvenes con y sin bebés, familias con hijos… De todo.Quizá los competidores más sorprendentes eran Ignacio y Mario, de Ávila. Ignacio, con 21 años, es propietario de un Prius y, desde luego, es lo menos parecido a la idea de propietario tipo que teníamos. Universitario, Ignacio explica que pensó en este coche porque tiene que pagarse él la gasolina y el Prius le ayuda mucho a ahorrar. Además, le interesaba mucho el componente de respeto por el medioambiente que entraña el Prius. Ignacio, que lo utiliza a diario, asegura que la forma de sacarle un rendimiento más alto es empleando con eficacia el motor eléctrico como apoyo del propulsor de gasolina. Dice que así se logra un resultado mejor, pues se optimiza la energía acumulada en las baterías.La compra de un Prius no es una decisión fácil. Su precio, 24.900 euros, es un obstáculo complicado. Por eso, Toyota ha tratado de buscar ayudas y subvenciones institucionales para los compradores. Así, hay ya una comunidade autónoma, como Castilla León, que ofrecen subvenciones de hasta 2.500 euros a los compradores de estos coches.
Además, hay muchos servicios públicos, como policías y otras entidades, que han mostrado su interés en comprar Prius para sus flotas.Otros participantes tenían otras motivaciones para comprar un Prius, como Gloria, de Lugo, que confiesa que lo primero que le gustó del coche fue su línea estética. Después, le convenció el espacio interior y, sólo cuando empezó a utilizarlo, descubrió que había comprado una máquina de ahorrar…
En cambio, Paulí, de Girona y en torno a los 65 años, nos explicaba que el modelo le llamaba mucho la atención por lo tecnológicamente avanzado que le parecía.
Para otros clientes, lo más importante es el confort de conducción del coche. Otros hablan de lo seguro que les parece… En definitiva, razones de todo tipo para apostar por un coche que tiene algo de visionario y de futurista.
Además de los clientes de Toyota, en la Prius Eco Fun también tomábamos parte varias parejas de periodistas especializados en motor. Como este tipo de pruebas son frecuentes en nuestro sector, todos nos sabíamos los trucos y la competencia fue muy reñida. La prueba del sábado resultó algo deslavazada por los problemas de llenado de los depósitos, así que la organización se tomó muy en serio el rellenado para el domingo, con lo que todo fue más igualado, aunque no exacto.
La verdad es que participar en una prueba de este tipo es un auténtico desafío, no sólo por la exigencia técnica que tiene, sino por las condiciones en que se disputó. A más de 32º centígrados, con el aire acondicionado apagado y las ventanillas subidas hasta arriba, no es nada fácil conducir… Y, mucho menos, tratar de mantener una velocidad lo más reducida que permita la ley, vigilar continuamente los consumos, intuir el perfil del trazado, exprimir las baterías eléctricas…
Al final, diversión y sudor a partes iguales y la constatación de que el coche, bien manejado, es una verdadera joya tecnológica. El que firma estas líneas, acompañado por Eduardo Azpilicueta, secretario de la organización del Coche del Año en Europa, logró un consumo de 3,1 litros a los 100 km. Los compañeros ganadores lo bajaron hasta los 2,07…