Cómo elegir la autoescuela correcta

Durante el verano, miles de jóvenes aprovechan para sacarse el carné. Es tiempo de ofertas, pero el presidente de la Confederación Nacional de Autoescuelas - José Miguel Báez - advierte de que "hay que tener mucho cuidado con algunos centros".

José Miguel Báez, presidente de la Confederación Nacional de Autoescuelas (CNAE), tiene claro que "nadie da duros a cuatro pesetas o euros a medio euro". Según nos comenta, a la hora de elegir una autoescuela, no hay que bajar la guardia. "En primer lugar, - subraya - hay que comprobar que el personal está autorizado, que se trate de auténticos profesionales". En cualquier autoescuela tiene que haber un mínimo de tres personas: un director y dos profesores. Además, "es muy aconsejable pedir el índice de aprobados de dicho centro en relación con la provincia (todas las autoescuelas lo tienen, ya que se lo facilita Tráfico); estos listados nos pueden ayudar a comprobar la calidad de su enseñanza", destaca Báez.

Y, ante todo, como subraya Báez, "mucho cuidado con las ofertas que tienen dos o tres lecturas. Espero que nadie se asuste porque esto lo diga el presidente de la Confederación, pero algunos centros buscan inclusive el suspenso del alumno para que éste vuelva a pagar". Al final, detrás de lo que parecía una ganga puede encontrarse todo un pozo sin fondo.

Báez nos explica que el dinero que paga el alumno se suele dividir en una matrícula, "la teórica", las clases prácticas y las tasas de Tráfico. La autoescuela puede marcar sus propios precios en todos estos conceptos, excepto en las tasas de Tráfico, que son fijas: para este año, se elevan a 70,80 euros (11.780 pesetas), cuando las pruebas se realizan en la capital de la provincia, o a 78,60 euros (13.078 pesetas), cuando se realizan fuera. "No hay unos mínimos fijados y cada centro cobrará lo que estime necesario", explica el presidente de la CNAE.

Una vez más, el alumno debe seguir ese viejo eslogan publicitario de "busque, compare y, si encuentra algo mejor,..." Al menos ésa es la teoría, porque el último informe publicado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) revela que las diferencias de precios entre las ciudades son "abismales" y, dentro de una misma localidad, el baile de cifras es, por lo menos, preocupante.