Citroën amenaza con cerrar la planta de Vigo

La fábrica de Citroën de Vigo es una de las joyas del imperio PSA, una de sus instalaciones más rentables y eficaces. Sin embargo, Citroën está dispuesto a cerrar la factoría si el Celta de Vigo lleva a cabo sus planes para transformar el estadio de Balaídos en un gran centro comercial. Para la marca gala, este cambio “amenaza la supervivencia" de la fábrica.

Citroën amenaza con cerrar la planta de Vigo
Citroën amenaza con cerrar la planta de Vigo

La factoría de Citroën y el estadio de Balaídos están frente por frente en una amplia avenida de Vigo llamada, precisamente, Citroën. Ahora, el Celta de Vigo, el equipo que juega en Balaídos, quiere abandonar el campo y transformar los terrenos en zona urbana para construir allí un centro comercial. Javier Riera, el carismático director de la factoría viguesa, asegura que la llegada de este espacio comercial, con un hotel y oficinas, “haría inviable nuestro funcionamiento". Riera explica que Citroën desea para el Celta “el mejor estadio del mundo", pero también señala que “sería una aberración que para ello hubiese que construir ante la fábrica el mayor centro comercial de Galicia".

El gran problema que ve Citroën a esta operación urbanística es la cantidad de tráfico que generaría. “¿Cómo podría sobrevivir una fábrica de coches en medio de la Gran Vía (de Madrid)?", se pregunta un directivo de la firma consultado por el diario La Voz de Galicia.

Javier Riera aclara que la factoría necesita una conexión al minuto con cada una de las 60 fábricas de componentes que le sirven pedidos. Cada día entran al complejo industrial unos 1.500 camiones, un tráfico que, a su entender, se vería muy perjudicado por el cambio en los flujos circulatorios que generará la creación del centro comercial.

En Citroën han elaborado un estudio para demostrar que la gran urbanización de la zona del estadio y el nuevo área comercial hará que la planta montadora se ahogue.

Por su parte, el Celta asegura que tiene otros estudios en los que demuestra justo lo contrario. El club de fútbol indica que su proyecto inmobiliario dispone de suficiente caudal de tráfico como para no afectar a la fábrica. “Nuestros estudios dicen que el tráfico de Citroën va por el sur, con lo que el centro comercial no perjudica para nada esa actividad", explica un portavoz del equipo gallego.

El proyecto presentado por el Celta supone la recalificación de los 90.000 metros cuadrados de terreno en los que se encuentran el estadio de Balaídos, una pista de atletismo y parte de un colegio. Los terrenos son municipales, pero el Celta obtendría la cesión de su uso durante 99 años. Una vez recalificados, una parte se venderá para construir el centro comercial y otras dotaciones de tipo empresarial. Con el dinero obtenido, el Celta, además de sanear su organización, construiría un nuevo Balaídos, regeneraría la zona de atletismo y levantaría otro colegio.La batalla política está servida. En Vigo, y, por extensión, en Galicia, “la Citroën" es algo más que una empresa, es un verdadero mito. Durante décadas ha sido el símbolo del despertar de un pueblo, de su poderío económico y de su capacidad para hacer las cosas bien. Esta fábrica es la más grande de Citroën y una de las más eficaces, unos logros que, en los tiempos que corren para la industria, son dignos de encomio. Pero, además, la instalación viguesa actúa como un polo sobre el que gravitan decenas y decenas de pequeñas compañías de componentes, transportes, logística y distribución. Todo este tejido industrial y comercial sería laminado si Citroën cierra la fábrica.

Galicia se enfrenta a otro vendaval político y social. Fuerzas políticas, agentes sociales y organizaciones empresariales se aprestan a entrar en una discusión que mueve a todos. A los que no afecte la fábrica, afectará el Celta. En medio de esta convulsión, las máquinas de Citroën completaron el montaje de la unidad siete millones producida en Vigo. Se trata de un Peugeot Partner, un modelo que monta esta factoría desde 1996.
El coche seis millones se ensambló hace dos años, mientras que el primer millón se había alcanzado ya en 1978.

Durante 2002, la fábrica viguesa produjo casi medio millón de coches, lo que supone una media de 2.040 unidades diarias. Esta cadencia de trabajo sitúa esta instalación entre lo más granado de Europa y, desde luego, como la mejor del grupo PSA.