La Xunta de Galicia, a través de la Consejería de Familia, Promoción de Empleo, Mujer y Juventud, ha puesto en marcha un programa de seguridad vial sumamente original y eficaz que será canalizado a través de la Dirección General de Juventud. Se basa en una escuela de conducción itinerante, en la que se pretende mejorar las capacidades de conducción de los alumnos. A estos cursos tienen acceso todos los jóvenes de edades comprendidas entre los 18 y los 30 años por una cantidad de 2.000 ptas por persona.
Para llevar a cabo el proyecto, se cuenta con la colaboración de Citroën, que pone los coches, y de una serie de patrocinadores que contribuyen a financiar el costoso montante de esta iniciativa. Por una vez, desde los organismos oficiales no se envía un mensaje amedrentador a los conductores, sino que se les muestra, tanto desde el punto de vista teórico como desde el práctico, las técnicas de conducción básicas que permiten evitar situaciones de riesgo y que enseñan a salir de ellas cuando se producen. Aunque con ciertas reticencias iniciales, la Dirección General de Tráfico también está implicada en el programa, si bien se espera una mayor aportación para la próxima temporada.
Doce horas de control
Los cursos tienen una duración total de 12 horas y van precedidos de una parte teórica en la que se establecen las bases que luego se aplicarán en dos fases prácticas. Los monitores son profesores de autoescuela a los que se les ha dado un curso específico de reciclaje para efectuar esta labor y de los que lo mejor que se puede decir es que muestran un entusiasmo excepcional y contagioso, como pudimos comprobar durante la jornada que pasamos en su compañía.
La parte práctica es la más importante del curso y en ella se practican las técnicas básicas aplicables para evitar situaciones de riesgo. Frenadas en seco, en agua, frenadas con esquiva, con y sin ABS, postura al volante, posición de las manos, trazado de curvas y control de subviraje y sobreviraje. En pocas palabras: casi todo lo que un conductor puede encontrarse a diario en el tráfico. A diferencia de lo que algunos críticos "poco documentados" han afirmado, no se trata de enseñar a los alumnos a >. Muy al contrario, el objetivo es enseñarles cómo evitar esas situaciones y desarrollar un sentido de anticipación que les permita controlarlas, si, a pesar de las precauciones tomadas, se ven involucrados en ellas.
Alcohol, drogas... y conducción
Además de las prácticas reales en pista con los Xsara 1.6 que Citroën pone a disposición de la Xunta, el curso incluye informaciones sumamente importantes sobre los efectos del alcohol y las drogas en la conducción, factores que influyen negativamente en la accidentalidad, comportamiento ante emergencias médicas y primeros auxilios y una pequeña parte técnica sobre la correcta utilización y reciclaje de los lubricantes y combustibles. Como se puede ver, un temario suficientemente extenso y que abarca los factores fundamentales para una utilización responsable del automóvil.
Con esta iniciativa, la Xunta se suma al resto de escuelas privadas con varios años de funcionamiento en España y se sitúa como pionera entre los organismos públicos en este campo. A partir del mes de abril, se esperan tener datos sobre la accidentalidad del colectivo de jóvenes que han pasado por los cursos, momento en el que se podrá comparar ese coeficiente con los datos generales y comprobar la medida en la que han conseguido disminuir los accidentes.
José Mª Quesada
Fotos: Diego Lacave