Richard Burns demostró su clase de campeón en la etapa del sábado. El de Subaru ya había dicho antes del rally que estaba en plena forma y que esperaba recuperar terreno en la clasificación general. Dicho y hecho. En la etapa del viernes se atrincheró y cedió terreno a la espera de lograr un buen puesto en la salida del sábado. Era importante salir retrasado, pues la suciedad de las pistas obligaba a los de cabeza a barrerlas, abriendo paso a los siguientes. Cuando Burns tuvo el codiciado octavo puesto, dedicó la segunda etapa a dar una lección absoluta de pilotaje: ganó seis de los ocho tramos en disputa y se blindó con una buena renta de segundos frente a sus opositores.
Sabía que salir el primero le perjudicaría en la etapa final, pero también sabía que llevaba suficiente ventaja como para no temblar. Efectivamente, su posición de salida le hizo caer en todos los tramos ante otros pilotos. Marcus Gronholm y Peter Solberg , saliendo desde la quinta y la octava posición, se repartieron todas las especiales, dejando sólo la segunda para que se la cobrase Carlos Sainz.
Así, sin que los favoritos pudieran hacer grandes tiempos, Burns sólo tuvo que conservar la mecánica y no descuidarse mucho para ganar cómodamente. Es la segunda vez en su vida que logra esta prueba. La primera fue en 1996.
Con los 10 puntos que ha sumado, Burns se coloca tercero en el Mundial con 31 putnos, adelantando a Carlos Sainz, que cae a la cuarta plaza con 30, después de sumar tres en Nueva Zelanda.
Colin McRae, que fue segundo en este rally, suma seis puntos y amenaza seriamente al todavía líder, Makinen, que no ha logrado ni un punto en Nueva Zelanda. Ambos están ahora empatados a 40, con lo que las próximas carreras prometen ser guerras totales.
Donde sí mandan ya los hombres de Ford es en la clasificación de marcas. Ahí, el Focus WRC se está mostrando el mejor coche del Mundial.
Sainz y la gravilla
Carlos Sainz ha cubierto un rally muy regular. Tuvo la mala suerte de no lograr que sus tiempos se acomodasen lo suficiente como para garantizarse una buena posición de salida el sábado, con lo que se ha visto incapacitado para avanzar el domingo. Al final, no pudo superar a Harry Rovanpera, que ha sido tercero, con lo que el madrileño se ha conformado a regañadientes con la cuarta plaza final.
" La gravilla nos ha dejado fuera del podium ", aseguraba el piloto madrileño de 39 años. "Hemos tenido algún problemas e incluso hemos hecho un trompo, pero nos hemos recuperado y ha habido un momento en el que pensaba que podíamos alcanzar a Colin, pero finalmente sólo hemos podido ser cuartos. La verdad es que tampoco es un mal resultado teniendo en cuenta las condiciones, pero es un poco frustrante que la gravilla nos haya impedido estar más arriba", se lamenta Sainz.
Ahora, a Sainz se le complica un poco más la lucha por el Mundial. Está ya a nueve puntos de los colíderes. Por si fuera poco, Burns ha despertado y será su principal enemigo para subir al podio definitivo.
Stohl se impuso en el Grupo N Después de Cody Crocker, al volante de un Subaru Impreza, diera la sorpresa por liderar el Grupo N y relegar a puestos más retrasados a los Mitsubishi, grandes dominadores de la categoría, el australiano tuvo que abandonar el rally en el último tramo de la segunda etapa por culpa de un accidente espectacular. Manfred Stohl se alzó así al primer puesto, un lugar que ya no dejaría hasta la meta. El podio lo completaron el argentino Gabriel Pozzo y el japonés Fumio Nutahara.
Tras el Rally de Nueva Zelanda, el Mundial se desplaza de nuevo a Europa para disputar dos pruebas sobre asfalto: San remo y Córcega. Después, el campeonato volverá al hemisferio sur para correr Rally de Australia y, finalmente, la temporada terminará en Gran Bretaña