El público americano lo tiene claro. Apuesta por la gran calidad a buen precio que ofrecen las marcas japonesas y abandona a su suerte a las tres grandes firmas estadounidenses, Ford, Chrysler y General Motors. Los tres gigantes retroceden en ventas, mientras que las marcas niponas avanzan. Toyota, siempre líder en las encuestas de satisfacción, ha logrado lo impensable: ocupar el lugar de una de las grandes compañías históricas. Ahora, apunta al liderazgo total en las ventas, algo que pondría de rodillas a las empresas estadounidenses.
Durante el mes de agosto, la compañía que más vendió fue General Motors, que, sumando todas sus marcas, logró colocar en las calles un total de 468.983 coches, un 4,2 por ciento menos que en agosto de 2002. GM ha incrementado su producción durante el último cuatrimestre, pero sus ventas no han acompañado.
En cambio, Ford eligió una estrategia totalmente opuesta: redujo el ritmo de fabricación de coches en previsión de una caída de la demanda que, finalmente, se ha producido. La ventas de todas las marcas de Ford suman 310.429 unidades, un 14,9 por ciento menos que hace un año. Semejante batacazo pasará factura a los del óvalo azul sin ninguna duda.
Por último, Chrysler, la problemática división americana del consorcio DaimlerChrysler, se deja en el camino un 6 por ciento y vende únicamente 190.388 unidades después de sumar todas sus marcas. Hay que sumar los coches de Mercedes Benz para que el conjunto alcance las 207.909 coches y, por ende, el grupo pueda seguir considerándose el tercero en ventas.
El traspiés de Chrysler lo aprovecha la implacable Toyota, que ha vendido 200.482 unidades de Toyotas y Lexus, con lo que se hace con la cuarta plaza absoluta en el escalafón de los más vendedores. El aumento de los japoneses es del 7,4 por ciento y demuestra que sus técnicas de producción y sus buenos precios se imponen en el mercado americano.
En el acumulado del año, GM baja un 4,7 por ciento; Ford, un 5,3 y Chrysler, un 4,6 por ciento. A cambio, Toyota crece un 4,3 por ciento: lleva ya 1.273.255 unidades vendidas en lo que va de 2003.
La caída de las marcas estadounidenses es la culpable de que el total de las ventas de agosto se haya quedado en 1.631.143 unidades, un 4,4 por ciento menos que en el mismo mes del año pasado. En el acumulado del año van 11.372.093 matriculaciones, un 2.5 por ciento menos.
La bajada es sorprendente y, aparentemente, imparable. No han servido de nada los incentivos, los descuentos y las financiaciones sin intereses. Las marcas japonesas y europeas no utilizan estas técnicas y siguen creciendo casi todas y a buen ritmo.
De hecho, la mayor subida de agosto corresponde a Porsche, que ha vendido un 15,8 por ciento más que en 2002. Le sigue Nissan, con un aumento de ventas del 10,1 por ciento. Honda crece un 7,3 por ciento, Mercedes lo hace un 4,2, BMW un 3,4 por ciento y Hyundai, un 3,2 por ciento.
A cambio, hay que registrar el hundimiento de Isuzu (-51 por ciento) y los retrocesos de Maza y Mitsubishi, que bajan un 10 y un 12 por ciento respecitvamente.
También vuelve a caer Volkswagen, que reduce sus ventas en un siete por ciento y se queda en 32.376 vehículos vendidos. La estrategia americana de VW no acaba de cuajar.
Ante esta situación, Chrysler ya ha anunciado que pondrá en marcha una nueva campaña de descuentos. La firma ofrecerá descuentos de hasta 2.777 euros o financiaciones sin intereses en la mayoría de sus modelos de 2004. Según su jefe de ventas, Gary Dilts, la compañía cree “en un consistente programa de incentivos que finalizará en octubre y que eliminará la confusión que los clientes admiten tener con el cambio continuo de programas de descuento".
General Motors ha respondido anunciando la extensión de sus ofertas hasta el año próximo. Queda por ver qué hace Ford para frenar la bajada en sus matriculaciones.
En Daimler-Benz no gustan nada estas guerras comerciales que ahogan las ganancias de las compañías y no tiran de las ventas. Sin embargo, parece que a Crhsyler no le queda más remedio que lanzar estas ofertas. Además, tiene en marcha un importante plan de ajuste de costes. La idea es salvar algo de la quema, porque las pérdidas previstas para el segundo trimestre del año rondan los 1.000 millones de dólares.