La movilidad eléctrica compartida fracasa en París: sus coches, al desguace

En menos de siete años, el servicio de coche compartido Autolib Bluecars ya no está operativo en París. Fue uno de los pioneros en Europa.

Sonia Recio

La movilidad eléctrica compartida fracasa en París: sus coches, al desguace
La movilidad eléctrica compartida fracasa en París: sus coches, al desguace

Las deudas han acabado con los coches eléctricos compartidos de París: la empresa Autolib Bluecars cesó el servicio a sus usuarios el 31 de julio, dejando en la estacada a aquellos que habían suscrito un plan de suscripción anual con la compañía y a un buen número de trabajadores.

Pioneros del coche compartido eléctrico

Autolib Bluecars fue el primer servicio de coche compartido eléctrico de Europa. Comenzó su andadura en diciembre de 2011 y en apenas dos años ya tenía 3.000 vehículos Bluecars Bolloré circulando por París. Para convertirse en usuario, solo había que ser mayor de 18 años, tener permiso de conducir francés o licencia extranjera acompañada del permiso de conducir internacional.

Mediante el pago de una cuota –diaria, semanal o anual- se podía acceder a la flota de Bluecars Bolloré, desde unos precios que arrancaban de los 10 euros al día y llegaban a los 144 anuales. Dependiendo del uso del vehículo y de la suscripción contratada, se facturaba la media hora desde los 4 a los 8 euros. Además, en caso de accidente, había que abonar una cuota preestablecida. Tanto el aparcamiento como el acceso a los puntos de recarga eléctrica estaban incluidos, unos 1.400.

Los parisinos reclaman su “movilidad"

El éxito de este servicio fue relativamente bueno, ya que ayer, cuando Bluecars Bolloré echó el cierre, eran 154.000 los abonados y casi 4.000 vehículos los disponibles. Desde el comienzo, el ayuntamiento de París apoyó el servicio cediendo puntos de recarga y facilitándoles el acceso a distintas ayudas económicas. Sin embargo, ahora el consistorio no ha querido hacerse cargo de la mala situación económica de Autolib Bluecars, que tiene un “agujero" de 250 millones de euros, y la ha dejado ir a la quiebra.

¿Qué ocurrirá con los abonados y los trabajadores? Por el momento, lo único que se sabe es que parte de los Bluecars Bolloré serán mandados al desguace y otros serán enviados a Lyon y Burdeos, donde Autolib sigue funcionando con relativa buena salud. Los parisinos, por su parte, ya han empezado una recogida de firmas para que el ayuntamiento declare de “utilidad pública" el servicio de Bluecars y algunas empresas como Renault reflexionan sobre como ofrecer una alternativa. Hasta que ocurran nuevos acontecimientos, los puntos de recarga eléctrica serán utilizados por coches privados.

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