Nos encontramos ante uno de los protagonistas de excepción de este gran Centro de Seguridad. Él solo logra disparar la carrocería de un coche hacia atrás como si de un gigantesco cañón se tratara, lo que permite simular con total exactitud las fuerzas que participan en un choque frontal fuerte y la deformación que sufre la parte del vehículo situada entre el compartimento del motor y el de los pasajeros en ese tipo de accidentes. Un ocupante que sufre un impacto frontal es desplazado hacia delante, primero libremente y, luego, acaba golpeándose con el interior del coche o bien el cinturón de seguridad logra retenerle. Ese es el trabajo del "Gran Simulador". ¿Cómo lo hace? En primer lugar, gracias a sus excepcionales capacidades, debidas a los cimientos de hormigón, situados a 11 metros bajo el suelo, de más de 2.000 m3 con refuerzos de hierro de 32mm de diámetro. Semejantes "raíces" le confieren el poder de "disparar" el modelo del test en el sentido más literal de la palabra, como si fuera una gigantesca escopeta que acumula grandes dosis de energía y las libera en una décima de segundo. Un sistema hidráulico con 8 acumuladores montados con una presión de 350 bares efectúan el "disparo", que se transmite al émbolo que empuja un raíl al que se acopla la carrocería del coche. A diferencia de lo que ocurre en un impacto real, al principio de la simulación el coche está inmóvil. El sistema lo acelera bruscamente hacia atrás, con lo que se consigue el mismo efecto para los ocupantes que si el coche chocara contra otro coche o contra un obstáculo, permitiendo medir el movimiento de retroceso al que son sometidos los viajeros durante el impacto. Lo realmente nuevo y lo más sorprendente del simulador es que no sólo reproduce ese "lanzamiento" hacia atrás, sino que imita los movimientos de giro e inclinación hacia delante (un movimiento vertical) que también están presentes en una situación real. En el momento del impacto, el sistema hidráulico hace descender la parte delantera de la plataforma que porta el coche y así simula también ese movimiento vertical. Toda la secuencia queda registrada en un vídeo de alta velocidad para su evaluación posterior. El gran reto de la simulación de accidentes es conseguir que sea lo más fiel posible a la realidad, que la prueba de laboratorio se diferencie del accidente en la carretera sólo porque sus víctimas no son de carne y hueso, sino "dummies" llenos de sensores de medición. Con su pista móvil para crash tests, Volvo es la marca del mercado que más se aproxima a ese objetivo. Desplazada sobre cojines de aire, consigue reproducir colisiones entre dos coches con todos los ángulos de choque y a cualquier velocidad. Existen dos pistas, una de 154 metros (fija) y otra de 108 (móvil), con un punto de encuentro en una sala de 14,5 metros de altura. La pista móvil puede girarse hasta 19 grados y puede simular desde impactos totalmente frontales hasta los más variados choques laterales; pesa unas 600 toneladas y se mueve con ayuda de una tecnología de aire comprimido: se crea una capa de aire de 0,1mm entre las superficies de hormigón donde se realiza el movimiento y los veinte colchones neumáticos sobre los que descansan las pistas. Luego, seis colchones especiales mueven la pista. Para realizar un choque, una vez situadas las dos pistas en el ángulo deseado, los coches se aceleran con cuatro motores eléctricos, dos por pista. Dos dispositivos láser miden la posición de los coches en todo momento, información que trasladan a los motores eléctricos para garantizar que los coches colisionan en la posición exacta y a la velocidad deseada. Los dos vehículos están dirigidos hasta dos metros antes del punto del impacto, punto a partir del cual corren libremente. Todo el test se filma hasta con 30 cámaras simultáneas de alta velocidad (3.000 fotogramas por segundo) colocadas a lo largo de las pistas y alrededor, sobre y debajo del lugar del impacto. La luminosidad de la luz natural diurna se reproduce con 32 focos de 8.000 vatios. Además de ese tipo de choques, el sistema permite hacer tests contra la valla de impactos y pruebas de vuelco.
El conocimiento salva vidas
Está situado en Göteborg (Suecia), ha costado más de 650 millones de coronas suecas (casi 13.000 millones de pesetas) y se inauguró el pasado 29 de marzo. Ahora, algunos medios de comunicación han tenido acceso a sus “secretos", esos que salvan vidas antes, durante y después de un accidente de tráfico . Es el Centro de Seguridad de Volvo y Autopista Online ha estado allí.