Las ciudades son el hábitat en el que se ven obligados a convivir juntos más medios de transporte que en ningún otro lugar. Aquí, peatones, ciclistas, motoristas y vehículos se citan cada día y comparten el espacio urbano, lo que trae consigo varios efectos colaterales: la congestión, el ruido, la contaminación atmosférica y, efectivamente, los accidentes. Eso sí, con una suerte desigual para unos y otros. Porque si echamos un vistazo a las cifras de siniestralidad, descubrimos quiénes son los mayores damnificados: peatones, ciclistas y motoristas. El otro caballo de batalla de la siniestralidad en las ciudades es el cinturón de seguridad.
En el año 2016, según cifras de la DGT, 519 personas perdieron la vida en las vías urbanas en un total de 65.641 accidentes con víctimas. El índice de letalidad para estas carreteras en 2016 fue 0,6, rompiendo la tendencia descendente que había predominado en los últimos años.
Peatones, los más vulnerables
Peatones que cruzan la calzada por donde no deberían, coches que no paran frente a los pasos de peatones… Las causas principales de un atropello son tanto la imprudencia de los peatones como el exceso de velocidad del conductor en ciudad. Junto a ciclistas y motoristas, los peatones son el colectivo más vulnerable en el asfalto. La razón es bastante obvia, y es que en caso de accidente, ninguna persona cuenta con la protección que ofrece la carrocería de un automóvil. En 2016 (datos consolidados), en vías urbanas fallecieron un total de 252 peatones, el 16% de los cuales eran menores de 45 años y el 49 por ciento tenían más de 74 años. Es más, uno de cada cinco fallecidos por accidente de tráfico en España lo es por causa de un atropello. Sin embargo, a pesar de estas cifras, el atropello sería de todos uno de los accidentes más fácilmente evitable tanto por unos, los conductores, como por otros, los propios peatones.
Los mayores, con edades entre los 75 y 84 años, son el grupo de edad más castigado por los atropellos en la ciudad (también los que más veces cruzan por donde no deben). El índice de letalidad en accidente de tráfico para una persona entre 65 y 75 años es de 4 frente al 1 de las personas menores de 65 años.
Medidas para bajar la siniestralidad de los peatones
-Promover la utilización de sistemas de detección de peatones en los automóviles. Un avance tecnológico que todo coche debería equipar ya de serie. Sin embargo, todavía forma parte del equipamiento opcional de muchos vehículos, y la mayoría de gama alta. En Estados Unidos, quieren hacerlo obligatorio en todos los coches nuevos a partir de 2020. Según algunos estudios, la instalación de sistemas de detección de peatones con frenada automática en los automóviles permitiría evitar el 40 por ciento de las muertes por atropello. Este sistema es capaz de detectar peatones e identificar si hay riesgo inminente de colisión, actuando frenando el vehículo de manera automática.
-Mejorar las infraestructuras. Sí, muchas veces son los peatones los que cruzan por donde no deberían, poniendo en riesgo su vida. En ocasiones, sin embargo, las propias infraestructuras no son las adecuadas para que el peatón cruce por un paso de peatones. Además, se da la circunstancia de que en muchas ocasiones la duración de un semáforo en fase verde para los peatones es insuficiente. Separar a los peatones del tráfico de otro tipo de tráfico por medio de aceras, cruces peatonales elevados, pasarelas, pasos subterráneos o barreras arquitectónicas..
-Señalizar mejor los pasos de peatones. Sobre todo, aumentar la iluminación en todos los pasos de peatones. Un ejemplo práctico y real de esta medida lo encontramos en el municipio madrileño de Torrejón de Ardoz, en el que se va a comenzar la instalación de nueva iluminación y señalización en la mayoría de los pasos de peatones ubicados en sus calles. Y garantizar la inexistencia de obstáculos en el área de la acera y de la calzada (prohibición de aparcar unos metros antes y después) donde se encuentre ubicado el paso de peatones. Por su parte, en la localidad valenciana de Villarreal se va a instalar el primer paso de cebra en 3D.
Ciclistas, un medio de transporte imparable
El crecimiento paulatino de las ciudades y las cada vez más habituales restricciones que aplican los ayuntamientos de varias ciudades por los elevados niveles de contaminación han traído consigo también una migración de los usuarios hacia modos de transporte alternativos al coche. La bicicleta ha sido uno de ellos, ganando terreno y protagonismo en el paisaje urbano, a lo que también ha ayudado la aparición de fórmulas como el “bicisharing” o la bicicleta compartida. La presencia de la bicicleta en las calles de cualquier ciudad es imparable. Pero, al igual que sucede con los peatones, los ciclistas son uno de los colectivos más vulnerables en la ciudad.
Aunque gran parte de los ciclistas fallecidos en accidente de tráfico se contabilizan en vías interurbanas (a mayor velocidad, peores consecuencias), los accidentes se producen en su mayoría en vías urbanas (el 74 por ciento). En 2016 fallecieron 17 ciclistas más en vías urbanas.
Medidas para bajar la siniestralidad de los ciclistas
-Carriles bici. Potenciar la creación de itinerarios seguros para los ciclistas. Y por seguros nos referimos a carriles exclusivos, que no puedan ser invadidos por los coches bajo ningún concepto. No vale sólo con soluciones de bajo coste como pintar un carril en la acera o reducir la velocidad en la calzada. El transporte en bicicleta en vías urbanas se tiene que convertir en una de las prioridades de los ayuntamientos y no salir del paso con soluciones baratas y “chapuceras”. En la ciudad de Madrid, por ejemplo, conviven diferentes tipos de carril-bici, lo que complica aún más el entendimiento por parte de conductores y ciclistas.
-Uso obligatorio del casco en ciudad. Hasta la fecha, el uso del casco en vías urbanas cuando se circula en bicicleta sólo es obligatorio para los menores hasta 16 años. No debe ser una recomendación sino una obligación para todos los ciclistas llevar puesto el casco. También debe ser obligatorio circular con prendas reflectantes y bien visibles. El ciclista debe hacerse ver siempre, especialmente cuando transita por zonas mal iluminadas o cuando las condiciones climatológicas no son las más adecuadas e impiden una buena visibilidad. Y la mejor forma de hacerlo es con prendas muy visuales y, por supuesto, con elementos de iluminación en la propia bicicleta.
-Más formación, ¿Conocen los ciclistas cuáles son sus obligaciones cuando van sobre la bicicleta? No se trata de demonizar a este colectivo, pero desgraciadamente hay muchos ciclistas que no saben hacer un buen uso de este medio de transporte. Saltarse los semáforos, circular por las aceras a gran velocidad o cruzar por los pasos de peatones sobre la bici son solo algunas de las conductas que, desgraciadamente, se viven a diario en las ciudades. Debe ser obligatoria más formación, especialmente a edades tempranas, en los colegios, para que los ciclistas del mañana se lancen a la calle en sus bicicletas siendo conscientes, no solo de sus derechos, también de sus obligaciones.
Cinturón de seguridad y motocicletas
El uso del cinturón de seguridad en las vías urbanas es otro de los caballos de batalla de la accidentalidad. En la ciudad es menor el porcentaje de uso del cinturón de seguridad y es precisamente en los municipios más pequeños, los de menos de 60.000 habitantes, donde aproximadamente 3 de cada diez ocupantes de un turismo, especialmente en los asientos traseros, no utiliza este elemento de seguridad en sus desplazamientos. Precisamente, 33 de las 83 personas que murieron en vías urbanas en 2016 no usaban el cinturón de seguridad, al igual que el 18 por ciento de los heridos hospitalizados en estas vías. Por otro lado, un 9 por ciento de los usuarios de motocicleta fallecidos en las vías urbanas (10 de 109) no usaban casco, y tampoco lo hacían el 3% de los heridos hospitalizados. En cuanto al casco y ciclomotor, 4 de 26 fallecidos no usaban casco en vías interurbanas y 2 de 28 fallecidos en vías urbanas.
Medidas para impulsar el uso del cinturón y mejorar la seguridad de los motoristas
-Cinturón obligatorio para todos. ¿El cinturón de seguridad no salva vidas? Y entonces, ¿por qué los taxistas o los repartidores de mercancías no tienen obligación de llevarlo puesto? ¿O es que sus vidas no hay que protegerlas? No puede ser que a estas alturas de la película, y cuando se ha demostrado su eficacia con creces, este elemento de seguridad no sea obligatorio para todos. Y no valen excusas como que a baja velocidad las consecuencias de un accidente son menores o que, en el caso de los repartidores, como se bajan muy a menudo del vehículo, es un incordio tener que ponerse y quitarse el cinturón constantemente. ¡Pero si solo nos lleva un par de segundos ponérnoslo!
-Sanciones más duras. Dice el refrán que “la letra, con sangre entra”. Que a estas alturas haya gente que no se ponga el cinturón de seguridad al subirse a un coche o el casco, en el casco de circular en una motocicleta es, además de una temeridad, un sinsentido. Actualmente estas dos infracciones están tipificadas como graves y acarrean una multa de hasta 200 euros (100 euros en el caso de pronto pago). Una cantidad que parece insuficiente a todas luces y que debe ser más ejemplarizante para acabar con este tipo de conductas.
-Medidas de seguridad. Invertir en infraestructuras más seguras para las motocicletas. El tipo de pavimento, la pintura de la señalización horizontal y las barreras viales son los tres grandes ejes sobre los que debe girar esta inversión. Igual o más importante que para un turismo, es el estado del pavimento, que tenga una buena adherencia y que en caso de lluvia drene adecuadamente el agua. También se debe prestar especial atención a las barreras de protección o balizamiento y para las marcas viales recurrir a pinturas antideslizantes. Uno de los ejemplos más visibles es la pintura de los pasos de peatones.
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