Artesanos de Salamanca construyen coches de época para ser conducidos por niños

Un grupo de artesanos de Salamanca, especialistas en diversas secciones del automóvil, construyen réplicas de coches de época para niños que se mueven impulsados por pedales o con dispositivos eléctricos, permitiendo a lo pequeños poder conducir su propio automóvil.

Se trata de una iniciativa con la que el artesano del metal Antonio Martín hace realidad una de sus pasiones, 'el construir réplicas exactas de coches de época, según los gustos del cliente' y con las que los niños 'pueden sentirse como verdaderos conductores', según ha explicado a Efe David García, responsable del taller en el que se realiza la carrocería de estos singulares vehículos.

Unos vehículos muy especiales en los que se reproducen todos los detalles de los antiguos vehículos descapotables de principios del siglo pasado.

Los pedidos de estos coches 'llegan de todas las partes, y sobre todo luego del boca a boca', asegura García, aunque puntualiza que 'no es un juguete, sino un coche con toda la maquinaria' y con un precio que ronda los 3.500 euros por pieza, dependiendo de las características que quiera aplicar el cliente.

Uno de los primeros en construirse se encuentra en la Zarzuela, y se trata de una réplica en color azul numerada con el seis que fue un regalo al Rey Don Juan Carlos con motivo de la inauguración del Museo del Automóvil de Salamanca.

García, responsable junto a sus hermanos del Taller 'La Isla', del municipio salmantino de Matilla de los Caños y en cuyas instalaciones se realizan las carrocerías; guarda orgulloso la carta de agradecimiento de la Casa Real por el presente.

Además del Rey, otros personajes destacados de la vida social y deportiva española cuentan con un vehículo de estas características, aunque los promotores prefieren no dar nombres para preservar el anonimato de los clientes.

Con la creación de estos coches, el artesano Antonio Martín 'ha hecho realidad uno de sus sueños', como es el de fabricar una réplica de un automóvil antiguo siguiendo las pautas de fabricación de marcas míticas.

Como toda empresa, también ésta tiene su nombre 'El coche del abuelo' y su insignia en el frente del radiador en el que se coloca una chapa con una pipa de fumar.

Cada uno de los vehículos está matriculado y tienen unas dimensiones de 1,320 metros de largo por 550 mm de ancho y un peso de 26,5 kilogramos.

'No les falta ningún detalle, todo se cuida al máximo, desde el volante, hasta los asientos que reproducen el cuero, las llantas, las bocinas de concha o las ruedas de radios', señala García.

Aunque la mayor parte de los coches que se han fabricado hasta ahora han sido en rojo y azul, el color puede variar dependiendo de los gustos del cliente.

También se cambian algunos detalles para responder a las demandas de los peticionarios, como pueden ser los acabados en latón o en cromados de color plata.

El responsable del taller de montaje destaca que los coches no sólo son adquiridos para que jueguen los niños, algunos los compran como piezas de colección 'por que son auténticas joyas en las que se cuidan al máximo todos los detalles', ha agregado.

Faros, parabrisas, cristales de metacrilato, bocinas de época, matrículas, cromados, paragolpes y todos los detalles para unas reproducciones que son verdaderas joyas artesanas.

Por Por Rocío Blázquez