La delegación del Parlamento Europeo, que estaba prevista para el 20 de junio, ha quedado aplazada hasta contrastar los trámites de la solicitud.
El Partido Popular había alegado “defectos de forma" en la tramitación de esta propuesta y el presidente de la Comisión, Martin Libicki, ha decidido no seguir adelante hasta tener un informe de los servicios jurídicos del Parlamento Europeo.
El eurodiputado socialista Carlos Carnero calificó está actitud de los populares como “filibusterismo parlamentario".
En cualquier caso, la delegación del Parlamento Europeo carece de las competencias necesarias para tomar ninguna decisión, y sólo pretende hacer un informe del efecto de las obras en los vecinos de la zona. Otra cosa ha sido la decisión de la Comisión Europea de iniciar un proceso de infracción contra la Comunidad de Madrid, como anunció el pasado 4 de abril, porque, antes de iniciar las obras, el Ayuntamiento no había realizado ningún estudio de impacto medioambiental, tal y como exige la legislación europea.
La decisión del alcalde Alberto Ruiz Gallardón de extender la zona de Servicio de Estacionamiento Regulado (SER) a los barrios menos céntricos de la ciudad ha recibido una fuerte oposición por parte de la opinión pública. La extensión del SER, que entró en vigor el pasado 1 de marzo, ha generado bastantes protestas entre los vecinos afectados, que consideran que el tráfico ha empeorado y la contaminación atmosférica aumenta.
Según una encuesta del Instituto “Opina", tres de cada cuatro madrileños desaprueban la extensión de los parquímetros, incluido un 60 % de los votantes del PP. Sin embargo, las obras de la M-30 obtienen una reacción menos negativa, ya que el 53,3% las considera necesarias.
Por otro lado, prosigue el problema de los árboles en el eje Prado-Recoletos. En este nuevo capítulo, la concejala de urbanismo del Ayuntamiento de Madrid, Pilar Martínez, ha acusado a la baronesa Thyssen, Carmen Cervera, de actuar de modo “caprichoso, personalista e intolerable" al oponerse a una reforma que afectara a unos 400 árboles, que según ha matizado “serán transplantados o reubicados".
La polémica surgió cuando la baronesa amenazó con encadenarse a uno de los ejemplares centenarios que rodean el museo que alberga su colección.
Sin embargo, seis arquitectos y urbanistas han declarado que el problema de la reforma (propuesta por Álvaro Siza y Juan Miguel Hernández de León) no son los árboles, sino la falta de una buena solución para el tráfico de la zona.