Diversas asociaciones y partidos políticos han pactado un acuerdo en materia de peajes en Cataluña. El principal objetivo de este documento, que fue suscrito ayer, 10 de enero, por los partidos de la oposición catalana, por la Generalitat, por la Federación de Municipios de Cataluña, por tres concesionarias de autopistas y por la Declaración de Gelida, es abaratar los costes de los peajes en las vías catalanas. Esta comunidad autónoma ha sufrido un incremento en el precio de estos servicios, desde el 1 de enero, del 13 por ciento.
Este pacto será presentado en los próximos días ante el Ejecutivo español y prevé ciertas medidas para conseguir el mencionado fin que se proponen: bajar el precio de los peajes de las vías catalanas para homogeneizarlos con los del resto del país.
Entre los puntos importantes que desataca el documento está la petición al Gobierno de que asuma el incremento del IVA que se ha aplicado a partir del pasado 1 de enero (del 7 al 16 por ciento). El aumento en el precio viene impuesto desde la Unión Europea que ha colocado el porcentaje del 16 por ciento en las vías de pago, frente al 7 por ciento que estaba vigente en nuestro país desde 1998. Además, hay que sumar un 3,8 por ciento de incremento por la actualización del IPC. Por ello, el Gobierno de Cataluña ha pedido que se compense a las concesionarias ubicadas en esta comunidad por el dinero que dejarán de ingresar debido al aumento del IVA. La cantidad estimada por la Generalitat es de 7,51 millones de euros (1.250 millones de pesetas).
El pacto ha pedido también la liberalización de alguno de los peajes que hay en estas vías, en especial el de Llagosta-Mollet y el de Les Fonts (Terrasa). La manera de liberalizarlo, proponen, es mediante los impuestos que las concesionarias pagan al Gobierno español. Si se consiguiera, ambas vías serían gratuitas.
Para poner su granito de arena, las concesionarias han propuesto la cesión de parte de sus beneficios extraordinarios para rebajar peajes o bien para "premiar" a los conductores habituales de estas vías, que, al final, son los más perjudicados por el incremento de los precios, no los usuarios ocasionales.
En Cataluña, un 67 por ciento de las vías son de peaje, mientras que en el resto de España la media de carreteras de pago desciende hasta un porcentaje del 20 por ciento.