Mucho se ha hablado en los últimos días sobre los cambios planteados por Pirelli en sus neumáticos a partir del Gran Premio de Canadá –del 7 al 9 de junio-. Unas modificaciones que, por el momento, han sido prohibidas por la máxima orden de la categoría reina del automovilismo –la FIA-, ya que las considera contrarias a la normativa. Todo este asunto dejará de sonar unos días, ya que los fieles a los monoplazas estarán pendientes del que será el 60º Gran Premio en el trazado urbano de Mónaco, la joya de la corona del Mundial de Fórmula 1.
La ‘pole’ manda
El estrecho trazado de Mónaco no es el más rápido, ni el más seguro y ni tan siquiera es fácil adelantar durante su recorrido, pero guarda una magia que lo convierte –junto al Gran Premio de Brasil- en uno de los que más seguimiento de audiencias tiene.
Tras cinco carreras, con un último Gran Premio de España en el que Fernando Alonso dominó prácticamente de principio a fin, quedando por delante de Kimi Raikkonen y de su compañero de equipo Felipe Massa, parece que hay dos cosas claras: en Ferrari y en Lotus entienden mejor el desgaste de los neumáticos en carrera, mientras que Red Bull y Mercedes apuntan alto a ‘una vuelta’. Si tenemos en cuenta que el circuito monegasco no entiende de adelantamientos en su recorrido –al menos no demasiados-, entenderemos que estamos ante un trazado en el que marcar el ritmo en las tandas de calificación y salir entre los tres primeras posiciones, augura, salvo problemas mayores, acabar la carrera en el podio. La cosa podría ponerse del lado de los monoplazas que, a priori, mejor califican –Mercedes y Red Bull-, pero esto no sería más que un pequeño ‘descanso’ antes de volver a anchas pistas con gran desgaste de los compuestos ‘Pirelli’.
Una de las bazas a tener en cuenta es que los neumáticos usados serán los blandos –banda amarilla- y los superblandos -banda roja-, estos últimos sin apenas haber sido probados y con los que todos los pilotos parten de cero en su uso en competición real. Su comportamiento puede ‘traer de cabeza’ a los equipos, como ya ha pasado como las gomas ‘duras’. El año pasado fue el ya expiloto de Fórmula 1 Michael Schumacher, quién se hizo con la ‘pole’ en Mónaco, pero una sanción le relegó a la sexta plaza de la parrilla de salida y, finalmente, serían Mark Webber, Nico Rosberg y Fernando Alonso los que subirían al cajón del Principado, con una gran remontada del asturiano, que partía desde la quinta posición en la salida.
Circuito especial
El responsable de Pirelli Motorsport, Paul Hembery, ha explicado que al ser el trazado más lento del calendario ‘el desgaste y la degradación de los neumáticos son los más bajos del año, lo que implica un máximo de dos paradas en boxes por monoplaza’. En principio, una estrategia a tres paradas puede suponer un riesgo en un circuito que puede convertirse en una ratonera si se encuentra tráfico por delante, siendo incluso más molesto de lo habitual el doblar a los pilotos más rezagados.
La utilización del DRS –Drag Reduction System- mantiene otro año más una única zona, situada en la recta principal de meta. De hecho, esta temporada Montecarlo y Suzuka (GP de Japón) son los únicos circuitos que se quedan sólo con un tramo de apertura del alerón, mientras que el resto de Grandes Premios han establecido dos puntos de activación.
La meteorología apunta a que durante el fin de semana hará una temperatura media de uno 20ºC, sin que las precipitaciones parezcan peligrar el desarrollo normal del mítico Gran Premio. Podríamos disfrutar de una carrera emblemática en seco en la que el estreno de los neumáticos superblandos y tres reyes en busca de su corona podrían ofrecer el espectáculo esperado por un público premium.
Nuestro corresponsal de Fórmula 1 José María Rubio nos da sus impresiones sobre el Gran Premio de Mónaco