La repercusión del podio de Fernando Alonso en Catar fue más lejos de lo que nadie se imaginó. Miembros de otros equipos saludaron a Fernando Alonso como si hubiera sido el ganador.
Fernando Alonso, que en el GP de Rusia del año que viene se convertirá en el piloto con más Grandes Premios de la historia de la F1, logró su podio 98º en el primer GP de Catar de la historia de la F1, 106 carreras después del G.P. de Hungría de 2014, cuando fue 2º.
Fue una carrera que quedará en la historia, como muchas de las que ha corrido el piloto asturiano, pero el significado de este podio fue diferente. Para Fernando Alonso fue un tercer puesto, pero no como los otros 28 anteriores. Fue diferente, “más raro”, como lo definió él mismo, pero no por él, sino por la situación que viven Lewis Hamilton y Max Verstappen en una lucha a brazo partido en la pista y fuera de ella, lo que se reflejaba en los rostros de los dos aspirantes al título, que era como si intimidarán al de Alpine que no desplegó su alegría al máximo.
Desde el sábado por la tarde Fernando sabía que tenía posibilidades de podio y su preocupación era Sergio Pérez. “Se puede hacer podio, pero Sergio va a llegar por detrás enseguida”, es decir, que en cuanto se vio quinto, por la parte limpia, ya tenía pensamientos de podio y eso que aún no sabía el “regalo” que le iban a hacer Verstappen y Bottas.

En la parrilla de salida, cuando Fernando llegó a su posición en la parte izquierda, ocupando el tercer puesto, justo por delante de Carlos Sainz, que salió quinto, y la repleta tribuna de Losail estalló en gritos y aplausos, fue como una premonición. Sabiendo cómo es Fernando, salir tercero era posición de podio casi garantizada.

Pero en parrilla estaba el Alonso de los grandes días. Estudiando por donde arrancar, y con una mirada de esas que impacta.

Los prácticamente segundos que duró la ceremonia de gesto por la diversidad fue para él una eternidad. En cuanto acabó ya se quería ir al coche, se quitó la camiseta enseguida y se la lanzó a Fabrizio, su fisio, pero se dio media vuelta porque había que cumplir con el protocolo del himno y eso sí, en cuanto acabó salió disparado al baño que ya tenía localizado Fabrizio y tardó el volver a la parrilla.

El resto ya es conocido. Para él, salir tercero fue una premonición, iba a dejarse la piel y cada uno que le quisiera adelantar lo iba a tener que sufrir y mucho, como Checo Pérez, a quien le puso las cosas difíciles, pero la diferencia de montura era demasiada y Fernando solo iba a parar una vez.

Llegar en medio de la pista, unos cuántos segundos después de los dos primeros a la ceremonia de celebración, fue para Alonso la culminación de muchos esfuerzos. Se tomó su tiempo para bajarse del coche, antes colocar el volante en su sitio, y cuando pisó el suelo, dentro del casco seguro que le salió aquel: “¡toma, toma!” que se hizo famoso en Brasil. Fernando era la alegría contenida, pero los gritos de la afición catarí cuando estaba de pie al lado del coche de Hamilton, le hicieron sacar esa pose de “increíble Hulk”, que paseó durante unos cuantos metros.

La llegada al podio de Fernando Alonso fue puño en alto, saludando al público y a su equipo, y se dio cuenta de que de que no había saludado a las autoridades cataríes, pero aún le dio tiempo a saludar al último de la fila.

Poco después, cuando estaba en el centro del podio, apareció un retrato suyo sonriente que ocupó todo el espacio del podio.

Antes de subirse al peldaño de tercero, en esos podios separados que existen desde el inicio de la pandemia, Fernando Alonso se asomó al balcón del podio mirando con ese gesto de cuando uno busca algo en la lejanía. Habrá que esperar a Arabia para que el interesado nos diga qu buscaba o a quie´én buscaba, o qué significó aquel gesto, que seguro tiene algún motivo.

En el podio era el más feliz de los tres. Verstappen, con la amargura de haber sido batido de nuevo por Hamilton, éste no estaba del todo contento por no haber visto a Max, como Bottas, pinchado a pocas vueltas del final. “Ha sido un podio raro para mí. No sabía muy bien qué hacer. Estos dos llevan su guerra particular y allí estaba yo que no quería destacar demasiado”, comentaba Fernando.

Cuando recibió el trofeo de tercer clasificado lo besó, como ha hecho en otras 97 ocasiones.

Después lo levantó al cielo, siempre con el dedo índice de la mano izquierda señalando a lo má alto.

En la ceremonia del espumoso, que en los países árabes no se utilizan bebidas alcohólicas en el podio, Fernando se fue a buscar a Max Verstappen, con el que batalló un poco.

Después al otro lado del podio continuó charlando con el holandés, mientras Hamilton hacía la guerra con el representante de Mercedes.

Antes de salir del podio cumplió con otra de sus premisas, buscó a los miembros de su equipo y les arrojó la botella de espumoso desde una altura considerable. La cogieron y no se rompió, algo que ya había sucedido en otras ocasiones.

Fernando Alonso salió del podio entre vítores y aplausos con el dedo pulgar arriba, que lo debía tener ya cansado de tantos saludos y gestos, pero es que no podía hacer otra cosa que corresponder a los que le aclamaban como si hubiera ganado la carrera.

“No te voy a decir que haya sido un podio comparable a ninguno de los que he tenido en importancia. Estos muy contento, pero no se puede comparar a otros que he vivido con las victorias. Es importante, pero me he sentido un poco raro”, insistía Alonso hablando del podio ya en las ruedas de prensa.

Fue el último piloto que salió de las entrevistas del “corralito” donde están todas las televisiones. Ni Hamilton ni Verstappen, ninguno tuvo tanta demanda, de hecho la rueda de prensa on line de los tres pilotos del podio se vio retrasada, ya que Fernando seguía atendiendo a las televisiones, y los otros dos pilotos tuvieron que esperar a que llegara Fernando para poder atender a la prensa que solicita las entrevistas on line. De hecho, Fernando era también el que más solicitudes tuvo de los tres. Fue el piloto del día para los aficionados, pero también para la prensa.

La llegada a la celebración, donde le esperaba todo el equipo, fue también en olor de multitud, aplausos, abrazos, felicitaciones... y allí estaba también Esteban Ocon, a quien Fernando pidió que defendiera su posición del ataque de Sergio Pérez “como un león”, pero poco pudo hacer el francés frente al poderío del Red Bull.

Antes de irse tuvo que cumplir con los seguidores de las redes sociales de Alpine.

La penúltima foto fue con el ingeniero español Miguel Angel Serrano (MASS), responsable de la seguridad vial en Arabia y Catar, que representa a la FIA en esos asuntos en la zona, y que además es también responsable de que en el Mundial de Fútbol 2022 salga todo bien en cuanto a movilidad.

Penúltima foto con MASS, español responsable de la seguridad vial en Catar y en el mundial de fútbol
La salida de Alonso del circuito fue la de las grandes ocasiones, con aficionados en los tornos del paddock para hacerse fotos con él y darle ánimos, mientras corría al coche porque se le escapaba el avión.

Los últimos en despedirse de Fernando en el parking de Losail fueron la familia Stroll, que se encaminaban también al aeropuerto en su Aston Martin.
