“Los contratos están para romperlos”, dicen muchos abogados, y eso en la F1 es la primera premisa, además aquí el piloto no tiene defensa. Si el equipo está contra él ya se puede dar por “muerto”, y en el caso de Sergio Pérez a la vista está que no se ha tenido piedad con él. Sebastian Vettel tiene 4 títulos y un mercado alemán muy importante, mucho más que el mexicano. Esa es la teoría, la práctica es que en Alemania pasan de Sebastian Vettel y ahora solo tienen ojos para Mick Schumacher, el resto no les importa nada a los alemanes. Ni Mercedes ni Hamilton ni nada. De hecho este año hay GP de Alemania de casualidad, y gracias a la COVID19. Nadie se rasga las vestiduras por no tener F1, y eso que Hockenheim tiene una enorme tribuna Mercedes, como la de Nurburgring, pero la F1 en Alemania quiere ídolos y ni Vettel y mucho menos Rosberg, son ídolos de nadie. Esa es la realidad de la F1 en Alemania. Si quieren vender Aston Martin es mejor fichar a James Bond que a Vettel, pero cada uno en su empresa hace lo que quiere.
Lo que ha puesto de manifiesto la maniobra de Lawrence Stroll es que han despreciado a Sergio Pérez, que es gracias a quien el canadiense se pudo hacer con el equipo. Sin la maniobra legal del mexicano hoy el magnate canadiense seguiría buscando un hueco para su hijo a base de poner millones. Lance Stroll ha mejorado mucho, lo mismo que el coche, pero ahora es imposible saber el valor real del Racing Point, ya que el piloto presumiblemente más rápido del equipo, Sergio Pérez, seguramente está siendo boicoteado desde dentro y desde fuera. No hay más que ver que las actualizaciones del coche no le llegan al mexicano sino que van primero a parar al hijo del jefe. Así que el valor real del coche se desconoce.

Para Sergio Pérez se abren varios escenarios, y esa llamada de Red Bull le daría al mexicano muchas posibilidades de disfrutar el año que viene pasando por encima de Vettel en muchas ocasiones, ya que el Racing Point por mucho que mejore, no va a estar a la altura de un Red Bull nunca. Un equipo, por mucha inyección económica que tenga, no adquiere los hábitos de equipo ganador de un día para otro. Sebastian Vettel nunca ha sido un piloto de correr en el pelotón, sino siempre desde la cabeza y con campo libre. En el pelotón se diluye como un azucarillo y eso le va a pasar el año que viene. Quizás pueda ser un buen maestro para Stroll, pero no mejor que Pérez y el espíritu de superación del mexicano no lo tiene el alemán, que va a sufrir mucho en Racing Point, pero mirará la cuenta corriente para darse ánimos.
Al margen de Red Bull, para Pérez no hay muchos puestos ilusionantes:
- Haas, si tiene un buen coche, como le ha ocurrido otros años, podría servir para mantenerse en la especialidad, pero la cuesta abajo que ya inició hace un par de temporadas el equipo americano, con sus bases diseminadas por Europa, no parece en condiciones de aspirar a otra cosas que no sea estar en los puntos de vez en cuando.
- Alfa Romeo (Sauber) es terreno conocido para Pérez y tampoco es que atraviese un gran momento. El equipo suizo conoció los mejores momentos precisamente gracias a Pérez, uno de los mejores en Monza, cuando arrebató el segundo puesto a Fernando Alonso, y aquellos 3 puntos fueron casi decisivos para que el asturiano no pudiera ser campeón del mundo, precisamente frente a Vettel.
- Fuera de la F1 la única opción sería para Sergio Pérez sería la Fórmula E, dónde tendría las puertas abiertas de cualquier equipo de campanillas. No olvidemos que Alberto Longo, CEO actual de la Fórmula E, fue patrón de Pérez en su época de la GP2 con el equipo de Campos, y seguro estarían encantados de tener un piloto de la categoría de Sergio Pérez.
Pero para el piloto mexicano aún hay muchas cosas por solucionar en la F1 y tiene mucho que decir. Un piloto motivado, con un buen coche es mucho más eficaz que una estrella que trata de sobrevivir en la F1 con el mejor coche de la parrilla.
