Fernando Alonso no es de los que les gusta esperar cuando tiene que hacer algo. Su impaciencia, a sabiendas de que el año que viene va a pilotar oficialmente un Alpine Renault es tal, que ha insistido hasta agotar a todos, en su necesidad de comenzar a familiarizarse de nuevo con un F1.
100 km al volante de un coche de este año serán importantes, pero más lo será rodar con un coche de 2018 sin limitación de kilometraje, algo que también se ha previsto por la escudería francesa. Esta prueba le va a servir para familiarizarse con el coche de cara a su participación en un viernes de Gran Premio, si finalmente le comunican que no puede pilotar en los test de Abu Dabi, inicialmente reservados a jóvenes pilotos.
Regreso de uno y cancelación para otro
Para Fernando Alonso esta prueba es el regreso al volante de un F1. Un regreso que le tenía en ascuas y que por fin mañana se producirá. Lo que seguramente Fernando no sabe, es que por las casualidades de la vida, su regreso al volante de un F1 en Montmeló supuso el retraso de unas pruebas en monoplaza para el mexicano de 13 años Jesse Carrasquedo, el piloto más joven que ha corrido una prueba de F4, ya que debutó con 12 años en una carrera de la Nacam. La Checo Pérez Drivers Academy tenía ya alquilado el circuito de Montmeló desde hace tiempo para estas fechas -12 y 13 de octubre-, pero el Circuit canceló la reserva para dar prioridad al equipo Renault, retrasando las fechas a los de Pérez. Este chavalín recordará siempre, y si llega a la F1 aún más, que Fernando Alonso y el equipo Renault de F1 hicieron que se cancelaran sus pruebas para hacerles un hueco en el calendario. Jesse estará en Portimao desde la semana que viene, coincidiendo con la F1, para comenzar la preparación del Campeonato del Mundo de karting OK y OK-J que se disputará en Portimao del 5 al 8 de noviembre.
Momento ideal
Los astros parece que se han alineado para que Renault pueda aprovechar el tirón mediático de su primer podio en estas nueva era en la F1 comenzada en 2016 y esta filmación promocional con Fernando tendrá el éxito que quieren los responsables del grupo francés.
Luca de Meo, se ha convertido en el gran valedor de Fernando Alonso. El asturiano siempre que se ha sentido cómodo en un equipo cuando ha tenido personas que le han arropado, tanto deportivamente como personalmente. Tras Campos y Briatore llegó Emilio Botín, después Montezemolo y Zak Brown. Ahora le ha llegado al turno al CEO de Renault, Luca de Meo, que cree en Fernando a ciegas, no sólo deportivamente, sino también desde el punto de vista comercial y de marketing. El italiano sabe que Rafael Nadal está hoy en todas las portadas y que la hazaña de Lewis Hamilton igualando las 91 victorias de Michael Schumacher se ha quedado eclipsada, lo mismo que el podio de Ricciardo con el Renault.
Para que la marca del rombo y todo el Grupo vuelva a salir del ostracismo deportivo, necesitan a Fernando Alonso, que es el revulsivo ideal para relanzar las ventas y dar a la marca otra dimensión mediática. Ese empuje se pondrá de manifiesto rápidamente, en cuanto Alonso se suba al Renault de nuevo. Ahí aparecerán las imágenes de Fernando en el Benetton blanco de sus inicios rodando en Montmeló.
Híbrido F1 e híbrido Captur
Lo de Montmeló de mañana entra en esos planes deportivos combinados con el marketing y el conocimiento de marca, que ha de trasladarse a las ventas, uniendo la tecnología híbrida de la F1 a la que se puede encontrar en un Renault Captur de calle. Ese es el gran desafío que tiene Renault, unir ambas cosas y por ello sigue en la F1 y con De Meo vigilante de todo lo que pasa allí.
El italiano no es un CEO figurante cuando va a la F1, sino que se podría decir que es un CEO “presionante”. Ayer ya dijo que su presencia en la F1 es para que sepa el equipo que está con ellos y transmitir tranquilidad. Esa es la teoría, y la práctica es que el jefe es el jefe y no se puede fallar. De hecho, desde que apareciera en Montmeló, Renault ha sumado 80 puntos y hasta entonces tenía 36, y eso que no es ingeniero.
