El porcentaje de familias que no podían permitirse poseer un coche era del 6,1 por ciento en 2013, con lo que en 2014 aumentó un 0,4 por ciento. En el extremo opuesto, 2007 fue el año en el que este porcentaje fue más bajo, con un 5,1 por ciento.
Baleares fue la comunidad autónoma donde más familias tenían dificultades para afrontar los gastos derivados del coche, con un 8,9 por ciento. Además, el incremento en esta región fue considerable con respecto a 2013, cuando era del 6,5 por ciento. En este ranking, la segunda posición la ocupó Murcia, con un 8,8 por ciento, 2,3 puntos porcentuales más que el año anterior. En tercer lugar se situó la Comunidad Valenciana, con un 8,3 por ciento y una cifra igual a la de 2013.
En el otro extremo de la lista están Castilla y León y Navarra, ambas con un 2,5 por ciento frente al 3,2 por ciento del año precedente, y Aragón, con un 3,5 por ciento en 2014 y un 2,9 por ciento en 2013.
Además, el año pasado, el 42,4 por ciento de las familias españolas era incapaz de afrontar gastos imprevistos durante el año sin recurrir a préstamos o compras a plazos.
Para llevar a cabo este estudio se han tenido en cuenta tres factores: el riesgo de pobreza, la carencia material y la baja intensidad en el empleo. Para determinar los hogares que se encuentran en carencia material severa, éstos deben cumplir cuatro preceptos de una lista de nueve, entre los que se encuentran la incapacidad para disponer de coche, el no poder permitirse al menos una semana de vacaciones al año, no poder acceder a una alimentación con carne o pescado al menos cada dos días o no poder tener una vivienda a una temperatura adecuada.
Otros elementos que influían en la encuesta eran la falta de capacidad para afrontar gastos imprevistos de 650 euros, retrasarse en el pago de gastos relacionados con la vivienda o en compras a plazos o no tener teléfono, televisión o lavadora.