Lo decimos por adelantado: si lo que uno quiere es ahorrar, no lo va a conseguir mejorando sus faros. Aunque los faros led no consuman más de la cuarta parte de energía que consumen los faros H7, nunca se amortizarán económicamente. Sin embargo, en cuestiones de seguridad, el dinero debería pasar a un segundo plano.
Con algunas lámparas halógenas se obtienen resultados bastante buenos, tal y como muestran nuestras pruebas, pero en cuanto a vida útil, intensidad luminosa y alcance de iluminación los faros clásicos presentan importantes limitaciones. Su modo de funcionamiento se asemeja mucho al de las bombillas. Sin embargo, para realizar funciones adaptativas, como la de luces largas sin deslumbramiento, se emplean casi exclusivamente faros led. Incluso los faros de xenón, también denominados lámparas de descarga, están siendo sustituidos cada vez más por diodos luminosos, y se han descartado completamente en los departamentos de desarrollo de algunos fabricantes. Aunque los módulos giratorios mecánicos llevan diez años permitiendo funciones como las luces de curvas dinámicas, apenas permiten otras opciones.
Los faros led están sustituyendo a los de xenón. Por el contrario, los led convencen en varios puntos al mismo tiempo. Así, con una vida útil de más de 10.000 horas, suelen superar la del vehículo, emiten una luz de 5.500 grados Kelvin similar a la solar y presentan un bajo consumo energético. Además, gracias a su enorme velocidad de reacción, estos faros iluminan la carretera con gran precisión y resolución. Mientras que los faros led son capaces de iluminar a plena intensidad en fracciones de segundo, los faros de xenón tardan algunos segundos en poder ofrecer toda su luminosidad.
Eso sí, si echamos un vistazo a las listas de equipamiento de algunos fabricantes, veremos que la selección de tecnologías de iluminación se encuentra muy limitada en numerosos modelos, o supeditada a otras opciones, a pesar de que otros ya ofrecen faros láser y las más diversas funciones adaptativas.
Así hemos realizado nuestras pruebas
Los valores de medición en lux y lumen son importantes, pero poco relevantes en la práctica. Lo que realmente importa es que la luz se distribuya bien. Para comparar los diversos sistemas de faros, empezamos por analizar los haces de luz proyectados sobre una superficie de asfalto de un circuito, y comprobamos las impresiones durante unas vueltas sobre el circuito circular.
En esta primera entrega de nuestro reportaje tomamos como base tres modelos populares del mercado que incluyen en sus respectivos equipamientos dos o tres opciones distintas de sistemas de iluminación, y que pueden ser extrapolables al resto de modelos si estás dudando en decidirte por faros led, halógenos o de xenón.
Seat Leon: halógenos frente a led
¡Sorpresa! Los faros halógenos son mejores: ajustados de un modo óptimo, iluminan la carretera de un modo más amplio y uniforme que los faros led.
Led
En conjunto, los faros led resultan débiles. La distribución de la luz es un tanto irregular. El marcado contraste de la línea de corte de las luces de cruce hace que el alcance parezca muy corto. Al activar las luces largas, todo el módulo gira hacia arriba, aumentando tanto la altura como la anchura y el alcance, pero debilitando aún más la intensidad luminosa.
Halógenos
Los potentes faros halógenos iluminan la superficie frente al vehículo de modo muy homogéneo, y distribuyen la luz de un modo muy agradable, tanto a lo ancho como a lo largo. Las luces largas también logran mejores resultados, iluminando el área frente al vehículo con un brillo uniforme. Además se ofrece una útil luz de curvas.
Opel Astra: halógenos frente a MATRIX led
Faros de matriz de LED ya en el segmento C: aquí, la decisión está clara. Incluso con el coche detenido, y sin hacer uso de las funciones de la matriz, los faros halógenos no son una alternativa a los led.
Matriz led
Iluminan siempre la calzada de modo óptimo sin deslumbrar a los demás vehículos. También las luces de cruce son potentes, iluminando intensamente una amplia superficie. Las luces largas iluminan a grandes distancias, con gran intensidad y de un modo muy uniforme, transmitiendo seguridad al conductor.
Halógenos
Aquí, las diferencias son tan acusadas que los faros halógenos, incluso en modo de luces largas, apenas pueden competir con las luces de cruce LED. El alcance y la distribución de la luz presentan notables deficiencias: el conductor solo observa frente a él un canal de luz intensa, cuya luminosidad disminuye rápidamente hacia los lados y con la distancia.
Volkswagen Polo: halógenos, xenón y led
Sin una recomendación clara: los faros LED, sin funciones adaptativas, no terminan de convencer, pero los faros de xenón no están disponibles en todos los modelos.
Led
Sus luces largas son insuperables: ningún otro faro de esta comparación es capaz de iluminar tan lejos, con tanta intensidad y de modo tan uniforme. Sin embargo, las luces de cruce no mantienen el nivel: su débil iluminación a lo ancho y el gran contraste de su línea de corte le restan puntos.
Halógenos
Estos faros halógenos no cometen ningún error de bulto. Sin embargo, su alcance y la calidad de su iluminación no son capaces de competir con los sistemas de iluminación opcionales. También la distribución de su luz, algo sucia e irregular, puede resultar molesta.
Xenón
Solo CrossPolo y BlueGT ofrecen faros de xenón. Su utilidad para el día a día es superior a la de los faros led, pues la superficie frente al vehículo se ilumina de modo más amplio y homogéneo. Tan solo la distribución de la luz, con un punto brillante frente al conductor, requiere cierta paciencia al principio.
Veredicto: ¿Vale la pena pagar 1.000 euros de más por faros led?
Hay cosas en las que es mejor no ahorrar. Aunque los resultados de estas pruebas no son suficientemente concluyentes, podemos considerar los débiles faros led del Seat León una excepción. En la mayoría de los casos, los faros de xenón y led aumentan notablemente la visibilidad nocturna. La gran ventaja en cuanto a seguridad que esto supone bien vale los 1.000 euros que suelen costar. Además, hay que tener en cuenta que los sistemas de iluminación opcionales aumentan el valor de reventa. Si, además, se ofrecen funciones adaptativas, la elección es sencilla.
Por otra parte, los propios fabricantes suelen aprovecharse de las buenas intenciones de sus clientes, relegando los faros opcionales a líneas de equipamiento más caras o incluyéndolas en paquetes junto con otros extras. Por el bien de la seguridad vial, deberían cambiar de actitud, sobre todo en lo que a vehículos pequeños y de bajo coste se refiere.
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