La DGT cuenta, actualmente, con varias obras en marcha en las carreteras. Algunas de ellas son para instalar radares y cabinas que alojarán futuros cinemómetros. Mientras la red principal está casi toda cableada, la secundaria no lo está y requiere de una obra mayor. Por otro lado, observamos que, tal y como Tráfico anunció, los nuevos radares serán casi todos de tramo en estas carreteras. Te contamos dónde se están instalando.
Uno de los radares de tramo que la DGT prepara estará situado en la autovía CA-33 en Cádiz, entre los puntos kilométricos 10 y 13 en ambos sentidos, en la ciudad de San Fernando. El acuerdo de adjudicación se ha firmado el 9 de febrero, le supone a la DGT un desembolso de 239.110 euros (IVA incluido) y cuenta con un plazo de ejecución de 3 meses.
En la M-305, en el sureste de la comunidad de Madrid, la DGT adjudicó a finales de año una obra de instalación de cabina para radar para control de velocidad en el punto kilométrico 0,5 sentido creciente. La DGT desembolsó por ello 59.199 euros (con impuestos). El plazo de ejecución era corto, apenas 15 días, con lo cual la obra debería haber estado concluida a finales de año. En su página web no está anunciado radar alguno en esta vía, en otras ocasiones nos han comentado desde la DGT que no debería de multar hasta que no apareciera en su página.
Algo similar ocurre con la RM-332 y la RM-603 en la provincia de Murcia, donde la DGT adjudicó a finales de año una obra de instalación de radares, en este caso de tramo, a finales del año pasado, pero en su web no están anunciados. Por ellos desembolsó casi 60.000 euros (impuestos incluidos).
Los primeros radares de tramo en secundarias
Con el punto de mira en las carreteras convencionales, a finales de 2015 la DGT anunciaba la puesta en marcha de los primeros seis radares de tramo en las carreteras secundarias: Uno en la N-120 a la altura de San Miguel del Camino, en León, de 3 kilómetros de longitud; otro en N-125 en Zaragoza, también de 3 kilómetros; dos en Murcia, en la RM-603 (en El Palmar) y RM-332 (en el Puerto de Mazarrón) de 1 y 4 kilómetros, respectivamente, y otros dos en Lugo en la N-525, en Sobral, de 4 kilómetros y en la N-550 en Santiago de Compostela. En todos los casos, se ubican en tramos peligrosos que la DGT está vigilando especialmente en su campaña de secundarias, si bien no se encuentran específicamente detallados en su web.
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