La apuesta por el uso del gas natural es firme dentro del Grupo Volkswagen y, por supuesto, por ende en Seat.
Tal es así que, según hemos podido saber, la gama de versiones TGI, que es como Seat identifica a las versiones que llevan motores que pueden usar el gas natural será mucho mayor en el futuro. Se contabilizarán así en 2018 cuatro versiones híbridas —usan dos combustibles, gas prioritariamente y, una vez que éste se acaba, gasolina—, siempre con la etiqueta identificativa Eco y las ventajas aparejadas a ella: fiscales, bonificación en los precios de aparcamientos en zonas reguladas, acceso a determinados carriles Bus-VAO, al centro de las grandes ciudades en momentos de alta contaminación, etc.
Hoy, tanto el Seat Mii como el Seat León, respectivamente con un 1.0 de 68 CV o un 1.4 de 110 CV, cuentan con versiones movidas, además de por gasolina, por gas natural comprimido (GNC) pero, en un futuro inmediato, también dispondrán de estas versiones algunos de los nuevos modelos de la firma española.
Es el caso del Seat Ibiza, que incorporará el motor tricilíndrico 1.0 de 95 CV a lo largo del año que viene y que, todo parece apuntar, tendrá un precio semejante al del mismo modelo con el motor de igual cilindrada y potencia, pero sólo de gasolina: este Seat Ibiza 1.0 TSI de 95 CV cuesta hoy 14.380 euros con el acabado Reference.
Otro tanto ocurriría con el futuro SUV pequeño, el Seat Arona, modelo que llegará antes de que acabe el año y que, a lo largo del siguiente, también recibiría su versión TGI de gas natural. Más que probablemente se trataría de un 1.0 de tres cilindros de inyección indirecta/directa —la primera, para el gas; la segunda, para la gasolina— como en el caso del Seat Ibiza.
De la familia híbrida TGI Seat excluye, al menos temporalmente, el SUV Ateca.
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