Las ciudades siguen ganando mayor protagonismo en la sociedad actual y, a pesar de la pandemia que estamos viviendo y que podría cambiar la mentalidad de muchas personas, las tendencias apuntan a que la gran mayoría de la población se concentrará en las ciudades en el futuro. Naciones Unidas ha hecho un pronóstico muy en esta línea: para el año 2050, el 84 por ciento de las personas viviremos en ciudades.
Las nuevas tecnologías, las nuevas soluciones de movilidad y las nuevas mentalidades obligarán –y ya lo están haciendo– a que las ciudades se adapten en prácticamente todos los ámbitos. El concepto es este: ciudades inteligentes, ciudades conectadas. Un ecosistema conectado inteligente que mejore la calidad de vida dentro de la ciudad, haga el transporte más accesible y que reduzca los niveles de contaminación.
Los nuevos cambios nos están obligando a un cambio de mentalidad para entender mejor las nuevas tendencias. Por ejemplo, en el transporte: aquí ya hablamos cada vez más del transporte compartido o del transporte autónomo. Pero todo ello no sería posible si no se buscase la conexión de todos los implicados: semáforos, alumbrado público inteligente, coches conectados… Este nuevo ecosistema en las ciudades emplea tecnologías basadas en la nube que, además, analizadas de forma correcta, pueden ayudar a mejorar nuestro nivel de vida.
Por ejemplo, desarrolladores externos podrían usar estos datos de tráfico de una ciudad para crear nuevas aplicaciones que conecten los diferentes sistemas de transporte, tal y como sucede, por ejemplo, en Ámsterdam. O también se podrían usar todos estos datos para ayudar a descongestionar las ciudades y mejorar la calidad del aire.
La propuesta de Goodyear: neumáticos inteligentes
El concepto de inteligencia y conectividad debe estar vinculado sí o sí al vehículo. El coche autónomo entrará en escena más pronto que tarde y la conexión entre los coches ayudará a conseguir una mejor regulación del tráfico, a evitar atascos y a mantener las carreteras en buen estado. Aquí también entra en juego Goodyear, fabricante de neumáticos, que colaborará en Estados Unidos como EASE Logistics para ofrecer “nuevos productos y soluciones que beneficiarán a las ciudades en el futuro”.
Los neumáticos inteligentes podrían ayudar, por ejemplo, a las flotas: las flotas de camiones de reparto de última milla o de empresas de coches compartidos podrán proporcionar información sobre desgaste, presión, temperatura… que permitirá abordar posibles problemas antes de que sucedan.
Estos neumáticos podrán informar también del estado de la carretera. ¿Te imaginas que el neumático informe al coche autónomo que el asfalto esté nevado y de las distancias de frenado en dichas condiciones? La seguridad se vería claramente incrementada en este sentido. Además, neumáticos con la presión insuficiente o carreteras en mal estado contribuyen a una mayor contaminación, por lo que disponer de esta información al momento podría ayudar a conseguir ciudades y carreteras más limpias.
