La apuesta de la presentación conjunta de la Fórmula 1 parece que les salió bien a los organizadores. Consiguieron una gran repercusión en redes sociales y las entradas para verlo en directo en el O2 Arena de Londres se agotaron en pocos minutos, pese a sus elevados precios. Un evento en el que se mezclaron estrellas musicales internacionales con los monoplazas que en este 2025 lucharán por el título.
Y dada la procedencia de los dueños actuales de la F1 no nos extrañó que al principio del evento hubiera una alfombra roja por la que desfilaron los actores principales que nos recordó de alguna manera a una gran gala de Hollywood. Sin duda, en esta nueva era el Gran Circo está explotando el marketing como no había conseguido en sus 75 años de historia.
Para los más nostálgicos hubo un repaso durante toda la gala a la larga y turbulenta historia de la categoría reina del motor. Y con el fin de que no resultaran aburridas las transiciones entre las diferentes presentaciones, los organizadores contrataron como moderador al humorista Jack Whitehall, que tuvo mofas prácticamente para todas las estrellas allí presentes.
Coches de exhibición con las nuevas pinturas
Lo que quedó claro después de la gala, que también pudo ser seguida a través del canal de Youtube de la Fórmula 1, es que los grandes protagonistas de la noche no fueron ni los pilotos ni los músicos que allí actuaron, sino los coches. Cada equipo contó con siete minutos para presentar su nuevo monoplaza para la temporada 2025 de la forma que quisieran. Y muchos lo aprovecharon para utilizar todo tipo de tecnología moderna.
Aunque los grandes aficionados que siguen habitualmente las carreras se dieron cuanta rápidamente que las escuderías no mostraron todas sus cartas. En la mayoría de los casos se presentaron sobre las plataformas giratorias modelos de exhibición que habían sido repintados con los colores de los patrocinadores de este año o con versiones de temporadas anteriores. Por tanto, alguno se quedo con ganas de descubrir algún detalle técnico más.
Más allá de esto, hay que reconocer que los diseñadores de los equipos de Fórmula 1 dieron un gran espectáculo. Habitualmente, los monoplazas suelen cambiar ligeramente de una temporada a otra, pero por lo que vimos en Londres, algunos de ellos son casi irreconocibles. Esto se hace más presente en las escuderías de la “parte baja”, ahora mucho más coloridas. Claro ejemplo lo tenemos en Sauber, con un verde venenoso de su patrocinador principal mucho más brillante. A esto podemos sumar el Alpine mitad rosa y mitad azul, un Haas que alterno sus superficies en blanco y negro, así como un Toro Rosso casi completamente blanco, salpicado por los logos rojos de Red Bull y el morro en amarillo.
Respecto a los “nuestros”, en Aston Martin siguen apostando por el color verde, pero ahora cuenta con más zonas en negro en su parte baja, mientras que en Williams se sigue apostando por el azul en distintos tonos, con el detalle de la pila de la famosa marca en la parte más alta.
Otros detalles que podríamos destacar son los nuevos detalles en azul que invaden ahora los McLaren, el coche a batir durante este año, o que en Ferrari se haya incluido una gran franja en blanco para que de esta manera se vea con mayor facilidad el logo de HP, su principal patrocinador. Más continuistas se mostraron tanto en Mercedes, en el que Ineos pierde algo de espacio, como Red Bull, al que por cierto abuchearon a Christian Horner.
